Versículo para hoy:

martes, 18 de noviembre de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

¿Es usted nacido de nuevo?

J. C. Ryle

    Esta es una de las preguntas más importantes de la vida. Dijo Jesucristo: "El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Jn. 3:3). No basta contestar a la pregunta diciendo. "Soy miembro de la iglesia, así que seguramente soy cristiano". miles de cristianos nominales no tienen ninguna de las características del que ha nacido de nuevo, muchas de las cuales consigna la Primera Epístola de Juan.

No pecar habitualmente

    En primer lugar, Juan escribió. "Aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Jn. 3:9). "Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Jn. 5:18).

    La persona que ha nacido de nuevo, no peca habitualmente. y no peca con todo su corazón y su voluntad ni con una inclinación completa por hacerlo. Hubo posiblemente un tiempo cuando ni se preocupaba de que sus acciones fueran pecaminosas o no, y no siempre se sentía triste después de cometer un mal. No había enemistad entre él y el pecado, eran amigos. En cambio, el cristiano auténtico aborrece el pecado, huye de él, lucha con él, lo considera su peor desgracia, resiente la carga de su presencia, se lamenta cuando cae bajo su influencia y ansía ser librado totalmente de él. El pecado ya no le da satisfacción, se ha convertido en algo terrible que aborrece. No obstante, no puede librarse de él en su interior.

    Si dijera usted que no tiene pecado, estaría mintiendo (1 Jn. 1:8). Pero sí puede decir que aborrece el pecado y que el gran anhelo de su alma es no cometer ninguno más. No puede impedir que surjan pensamientos malos en su mente, ni que haya faltas en su vida, omisiones y defectos en sus palabras y sus acciones. Sabe que "todos ofendemos muchas veces" (Stg. 3:2). Pero puede decir, sinceramente ante Dios, que estas cosas le causan aflicción y dolor, y nada en su naturaleza las consiente.

    ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

Creer en Cristo

    En segundo lugar, Juan escribió: "Todo aquel que cree que jesús es el Cristo, es nacido de Dios" (1 Jn. 5:1). El hombre nacido de nuevo, o sea regenerado, cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar a su alma, que él es la persona divina designada por Dios el Padre para cumplir precisamente este propósito y que no hay otro Salvador fuera de él. Se considera totalmente indigno, pero tiene completa confianza en Cristo, confía en él y cree que todos sus pecados han sido perdonados. Cree que, por fe en la obra consumada de Cristo y su muerte en la cruz, es considerado justo ante Dios y puede esperar a la muerte y el juicio sin alarmarse.

    Puede tener temores y dudas. A veces, puede sentirse que no tiene fe alguna. Pero pregúntele si está dispuesto a confiar en otra cosa que no sea Cristo y vea lo que dice. Pregúntele si pondría su esperanza de vida eterna en su propia bondad, sus propias obras, sus oraciones, su pastor o su iglesia, y escuche su respuesta.

    ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

Practicar justicia

    En tercer lugar, Juan escribió: "Todo el que hace justicia es nacido de él" (1 Jn. 2:29). El hombre nacido de nuevo, o regenerado, es un hombre santo. Se esfuerza por vivir según la voluntad de Dios, hacer las cosas que agradan a Dios y evitar hacer las que aborrece. Desea poner sus ojos continuamente en Cristo como su ejemplo, como su Salvador, y ser amigo de Cristo cumpliendo sus mandatos. Sabe que no es perfecto. Percibe con dolor la corrupción que mora en él. Nota un principio de maldad dentro de él que lucha constantemente contra la gracia y quiere apartarlo de Dios. Pero no lo consiente, aunque no puede impedir su presencia.

    Aunque a veces se sienta tan mal que cuestiona si es o no cristiano, podrá decir con John Newton: "No soy lo que debo ser, no soy lo que quiero ser, no soy lo que espero ser en el más allá, pero no soy lo que antes fui y, por la gracia de Dios, soy lo que soy".

    ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

Amar a otros cristianos

    En cuarto lugar, escribió Juan: "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos" (1 Jn. 3:14).

    El que es nacido de nuevo tiene un amor especial por los discípulos auténticos de Cristo. Igual como su Padre en el cielo, ama a todos con un gran amor general, pero tiene un amor especial por los que comparten su fe en Cristo. Al igual que su Señor y Salvador, ama al peor de los pecadores y siente dolor por ellos, pero tiene un amor especial por los que son creyentes. Nunca se siente tan en familia como cuando está en compañía de ellos.

    Siente que todos son miembros de la misma familia. Son sus compañeros de lucha, luchando contra el mismo enemigo. Son sus compañeros de viaje, andando por el mismo camino. Los comprende y ellos lo comprenden a él. Pueden ser muy diferentes a él en muchos sentidos: en categoría, posición y riquezas. Pero eso no importa, son hijos e hijas de su Padre y no puede menos que amarlos. ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

Vencer al mundo

    En quinto lugar, Juan escribió: "Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo" (1 Jn. 5:4). El que es nacido de nuevo no basa su convicción de lo bueno y lo malo según la opinión del mundo. No le importa estar opuesto a las prácticas, ideas y costumbres del mundo. Lo que piensan y dicen los demás ya no le afecta. No encuentra placer en las cosas que parecen dar felicidad a la mayoría de la gente. A él le parecen insensatas e indignas de un ser inmortal.

    Prefiere la alabanza de Dios más que la alabanza del hombre. Teme ofender a Dios más que ofender al hombre. Le da lo mismo que lo culpen o alaben; su meta principal es complacer a Dios.

    ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

Mantenerse puro

    En sexto lugar, Juan escribió: "Aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Jn. 5:18).

    El que es nacido de nuevo cuida su propia alma. Procura, no sólo evitar el pecado; sino también todo lo que pueda llevarlo a pecar. Tiene cuidado de las compañías que frecuenta. Sabe que las malas conversaciones corrompen el corazón y que el mal es más contagioso que el bien, tal como una enfermedad es más infecciosa que la salud. Cuida el uso de su tiempo, su mayor anhelo es usarlo para provecho. Anhela vivir como un soldado en territorio enemigo, tener puesta siempre su armadura y estar siempre preparado para encarar las tentaciones. Es diligente en ser una persona que siempre está en guardia, es humilde y fiel en la oración. 

    ¿Qué diría el Apóstol acerca de usted? ¿Ha nacido de nuevo?

La comprobación

    Esas son las seis grandes características del cristiano que verdaderamente ha nacido de nuevo.

    Existe una diferencia inmensa en cuanto a la profundidad y manifestación de estas características en distintas personas. En algunos pueden ser débiles y casi invisibles. En otros, pueden ser destacadas, claras e indubitables, de manera que cualquiera las puede ver. Algunas de estas características son más visibles que otras en cada individuo. Rara vez se manifiestan en forma idéntica en una misma persona.

    Pero aún con todo, encontramos aquí dibujadas con trazos vigorosos, las seis características de haber nacido de Dios.

    ¿Cómo hemos de reaccionar a ellas? Por lógica, podemos llegar a una sola conclusión: Sólo los que son nacidos de nuevo cuentan con estas seis características y los que no las tienen, no son nacidos de nuevo. Esta parece ser la conclusión a la que quiso llegar el Apóstol.

    ¿Tiene usted estas características? ¿Ha nacido de nuevo?