Versículo para hoy:

martes, 1 de enero de 2019

Por qué la gracia es tan sublime- Nancy DeMoss de Wolgemuth



1 de enero – ADHIÉRASE A LA PALABRA DE DIOS

(Los de Berea) eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba. Hechos 17:11.

Les recomiendo una escrupulosa obediencia a todos, especialmente a aquellos jóvenes que recientemente han hecho profesión de fe en Cristo. No sean como sus padres, porque la generación que está saliendo del escenario ni lee su Biblia, ni le interesa conocer la voluntad del Señor. Si las personas escudriñaran las Escrituras, deberíamos encontrarlas juntas en unidad, pero la Palabra de Dios es el libro menos leído del mundo, en proporción con su circulación. Se distribuye por todas partes, pero escasamente se lee en alguna parte con cuidado y atención, y con una sincera determinación a seguir sus preceptos a toda costa. Ustedes vienen y nos escuchan, y nosotros les damos pequeños pedazos tomados de aquí y de allá, pero no se llevan una amplia noción de la misma como un todo. ¿Cómo podrían llevársela? Los ministros cometen errores y ustedes los siguen sin preguntar. Uno elige este líder y el otro aquel, según las diferentes opiniones e incluso diferentes sectas, lo cual no debería ser, y no sería así si todos nos aferráramos a las normas de la verdad inspirada. Si se leyera la Biblia y se orara sobre ella, muchos errores morirían una muerte rápida y otros quedarían seriamente lisiados. Si en el pasado ustedes hubieran leído este libro inspirado, muchos errores nunca habrían surgido. Por lo tanto, escudriñen el libro de Dios, y asegúrense de prestarle atención. Adhiéranse a la palabra de Dios a toda costa.

A través de la Biblia en un año: Mateo 1 - 2

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

Por un año 2019... A LOS PIES DEL MAESTRO

Prólogo

Charles H. Spurgeon le predicó aproximadamente a diez millones de personas durante sus más de cuarenta años de ministerio antes de reunirse con el Señor en 1892. Cientos vinieron a Cristo bajo su influencia evangélica mientras sirvió como pastor en la Capilla New Park Street y el Tabernáculo Metropolitano en Londres, Inglaterra. Sin la ayuda de micrófonos u otra tecnología moderna, Charles Spurgeon pastoreó un rebaño de más de seis mil miembros, la congregación más grande de la que se tuviera noticia hasta antes de su ministerio. Durante ese mismo período ayudó a fundar más de cuarenta iglesias y supervisó el Colegio de pastores y el Orfanato Stockwell. A lo largo de su vida influenció grandemente las vidas de muchos grandes líderes cristianos como por ejemplo Dwight Moody, Hudson Taylor, George Mueller y Oswald Chambers. Alrededor del mundo se han vendido millones de copias de los escritos de Spurgeon, incluyendo una reduplicación constante de más de dos mil de sus mejores sermones. Aunque a menudo se le llama el «príncipe de los predicadores» sus palabras, llenas de una perspicacia dada por Dios, han bendecido a más laicos que a pastores.
Es nuestra esperanza que con la compilación de este devocional, muchos, muchos más laicos, pastores y futuros cristianos se animen y fortalezcan con la comprensión espiritual que hemos recopilado de lo mejor de lo mejor de los eternos sermones de Charles Spurgeon. 

Al final de cada página también hemos incluido una cita extra de las Escrituras que corresponde a un libro del Antiguo o el Nuevo Testamento. Si se sigue esta lectura diaria adicional, el lector podrá completar la lectura de la Biblia completa en un año. 

¡Que Dios continúe bendiciendo a cada uno de los lectores mientras se sientan con este gran pastor a los pies del Maestro!
AUDIE Y HEATHER LEWIS


Introducción

Al recordar mi historia, ni siquiera soñé que al abrir mi boca por primera vez para Cristo en una forma tan humilde, tendría el honor de traer a miles a los pies de Jesús. ¡Bendito, bendito sea su nombre! Suya es la gloria por esto. No puedo evitar pensar que debe haber otro muchacho aquí a quien, al igual que yo, él pueda llamar por su gracia a servirle. Cuando los diáconos de la iglesia de New Park Street me enviaron una carta para que fuera a predicar a Londres, yo la devolví al día siguiente diciéndoles que se habían equivocado, que yo era un muchacho de diecinueve años, que vivía feliz entre las personas muy pobres y humildes de Cambridgeshire que me amaban, y que no imaginaba que ellos quisieran que yo predicara en Londres. Pero ellos me la devolvieron y dijeron que todo eso lo sabían y que yo tenía que ir. ¡Ah, qué tremenda historia ha sido desde entonces la bondad y el cariño del Señor!
CHARLES HADDON SPURGEON

DEL SERMÓN «LOS PANES DEL JOVEN»