Versículo para hoy:
viernes, 26 de febrero de 2016
LECTURAS VESPERTINAS – FEBRERO 26
“Si la lepra hubiere cubierto toda su carne, dará por limpio al llagado”. Levítico 13:13.
ESTE reglamento parece muy extraño, sin embargo hay en él mucha sabiduría, pues la eliminación de la enfermedad demostraba que la constitución era sana. Nos será útil esta tarde ver la lección típica de una reglamentación tan singular. Nosotros también somos leprosos y podemos leer la ley del leproso como aplicable a nosotros. Cuando un hombre se ve enteramente perdido y arruinado, cubierto con la contaminación del pecado, lleno de corrupción; cuando renuncia a toda justicia propia y se confiesa culpable delante del Señor, entonces está limpio por la sangre de Jesús y por la gracia de Dios. La verdadera lepra es el pecado oculto, no sentido e inconfesado; pero cuando el pecado es visto y sentido, ha recibido su golpe mortal, y el Señor mira con ojos de misericordia al alma afligida por él. Nada es más mortífero que la justicia propia ni más lleno de esperanza que la contrición. Tenemos que confesar que no somos “nada sino pecado”, pues ninguna otra confesión contendrá toda la verdad. Si el Espíritu Santo obra en nosotros convenciéndonos de pecado, no tendremos dificultad de reconocer esto, pues brotará espontáneamente de nuestros labios. ¡Qué aliento depara este texto a los pecadores bien despiertos! ¡La misma circunstancia que tan penosamente los desalienta se transforma aquí en señal y síntoma de un estado lleno de esperanza! Uno debe estar desnudo antes de vestirse. Cavar los cimientos es lo primero que se hace en una edificación, y un completo sentido de pecado es una de las primeras obras de gracia realizadas en el corazón. ¡Oh!, tú, pobre pecador-leproso, que no tienes ni una parte sana, toma aliento de este texto y ven a Jesús tal como estás.
Tal como soy de pecador
Sin más confianza que tu amor,
Ya que me llamas, acudí,
Cordero de Dios, heme aquí.
Charles Haddon Spurgeon.
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