Versículo para hoy:

jueves, 13 de febrero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

(c) Determine con firmeza en su mente que el Señor Jesucristo mismo habló claramente acerca de la realidad y eternidad del infierno. La parábola del rico y Lázaro debiera hacer temblar a los hombres. Pero no sólo es esta parábola. Nadie ha usado tantas palabras para expresar lo terrible que es el infierno como Aquel que habló, como jamás hombre alguno lo ha hecho, y que dijo: "La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió" (Juan 14:24). El infierno, el fuego del infierno, la condenación del infierno, la condenación eterna, la resurrección de la condenación, el fuego eterno, el lugar de tormentos, de destrucción, de total oscuridad, del gusano que nunca muerte, del fuego que nunca se apaga, las lágrimas, los lamentos y el crujir de dientes y castigo eterno, son todos términos que el Señor Jesucristo mismo emplea. ¡Fuera con las miserables tonterías que dice la gente en la actualidad, que nos dicen que los ministros del evangelio nunca debieran hablar del infierno! No hacen más que mostrar su propia ignorancia o su propia falta de sinceridad cuando hablan de ese modo. Nadie puede leer sinceramente los cuatro Evangelios y no ver que el que quiere seguir el ejemplo de Cristo tiene que hablar del infierno.

(d) Por último, determine en su mente que las ideas reconfortantes que las Escrituras nos dan acerca del cielo, dejan de ser en cuanto negamos la realidad y eternidad del infierno. ¿No existe una futura morada separada para los que mueren impíos y sin Dios? ¿Será que todas las personas, después de la muerte, se entremezclan conformando una multitud confusa? Entonces pues, ¡el cielo no será para nada cielo! Es totalmente imposible que dos vivan felices juntos si no coinciden. ¿Habrá un tiempo cuando se acabe el infierno y el castigo? ¿Serán admitidos al cielo los impíos después de siglos de sufrimiento? Entonces pues, la necesidad de la santificación del Espíritu queda descartada y eliminada. Leo que los hombres pueden ser santificados en la tierra haciéndolos aptos para el cielo, no leo nada de ninguna santificación en el infierno. ¡Fuera con estas teorías sin sentido y sin ninguna base bíblica! La eternidad en el infierno, así como la eternidad en el cielo, se presentan claramente en la Biblia.

Una vez que uno dice que el infierno no es eterno, puede muy bien decir que Dios y el cielo no son eternos. La misma palabra griega que se usa en la expresión "castigo eterno" es la que usa el Señor Jesús al decir ¨vida eterna¨ y Pablo, al decir "Dios eterno" (Mt. 25:46; Ro. 16:26). 

Sé que esto suena terrible a muchos oídos. No me extraña. Pero la única cuestión que tenemos que determinar es: ¿Es bíblico el tema del infierno? ¿Lo es? Mantengo firmemente que lo es y mantengo que hay que recordarles a los cristianos profesantes que pueden estar perdidos y camino al infierno.

Sé que es fácil rechazar la enseñanza clara sobre el infierno y hacerla antipática por el uso de palabras desagradables. He escuchado, a menudo, decir que son "conceptos intolerantes, nociones anticuadas, teología de fuego y azufre" y cosas parecidas. Se me ha dicho, a menudo, que en la actualidad se prefieren conceptos más "amplios". Mi anhelo es ser tan amplio como la Biblia, ni más ni menos. Afirmo que es teólogo intolerante aquel que recorta las partes de la Biblia que le disgustan al corazón natural y, por ende rechaza alguna porción del Consejo de Dios.