Versículo para hoy:
jueves, 2 de agosto de 2018
AGOSTO 2
“Ahora, pues, ve, que yo seré en tu boca y te enseñaré lo que hayas de
hablar”. Éxodo 4:12.
Muchos verdaderos siervos
del Señor son tardos de palabra y cuando son llamados a defender a su Señor están
en una grande confusión por miedo de perjudicar una buena causa con su mala
defensa. En tal caso, es bueno acordarse de que el Señor formó la lengua que es
tardía, y que tengamos cuidado de no culpar por ello a nuestro Hacedor. Puede
ser que una lengua tardía no sea un mal tan grande como una ligera y que un
corto número de palabras traigan más bendición que una superabundancia de
verbosidad. También es del todo cierto que el verdadero poder de la salvación
no está en la retórica humana, con sus expresiones figuradas y sus frases
escogidas y sus elocuentes párrafos. La falta de facilidad de palabra no es una
falta tan grande como parece.
Si Dios está con nuestra
boca y con nuestra mente, tendremos algo mejor que el metal que resuena de la
elocuencia o el címbalo que retiñe del lenguaje insinuante. La enseñanza de
Dios es sabiduría; su presencia es poder. Faraón tuvo más razón en temer a
Moisés que era tartamudo que al mejor orador de Egipto; porque lo que decía
tenía poder; sus palabras traían plagas y muerte. Si el Señor está con nosotros
en nuestra debilidad natural, seremos ceñidos con poder sobrenatural. Por lo
tanto, hablemos intrépidamente por Jesús, como debemos hablar.
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