Versículo para hoy:
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” -2 Corintios 5:14-15
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lunes, 5 de febrero de 2018
FEBRERO 5
“Y veré la sangre y pasaré de
vosotros”. Éxodo 12:13.
Mi propia vista de sangre preciosa es
para mi consuelo; pero lo que garantiza mi seguridad es que el Señor la ve. Aun
cuando no puedo verla, el Señor la ve, y me perdona por causa de ella. Si no
estoy tan tranquilo como debiera estar, porque mi fe es débil, sin embargo
estoy igualmente seguro, porque el ojo del Señor no es turbio, y Él ve la
sangre del gran sacrificio con mirada fija. ¡Qué gozo es esto!
El Señor ve la significación profunda y
secreta, y la plenitud infinita de todo lo que significa la muerte de su Hijo
amado. Lo ve con la memoria tranquila de la justicia satisfecha, y con todos
sus atributos incomparables, glorificados. Él vio la creación en su progreso y
dijo: “Que era bueno en gran manera”; ¿pero qué dice Él de la redención en su
perfección? ¿Qué dice Él de la obediencia aun hasta la muerte de su muy amado
Hijo? Ninguno puede decir cuál es su satisfacción en Jesús, y cuál es su
descanso en el olor suave que Jesús presentó cuando se ofreció a Dios sin
mancha.
Ahora descansamos en seguridad
tranquila. Tenemos el Sacrificio de Dios y la Palabra de Dios para producir en
nosotros un sentido de perfecta seguridad. Él pasará de nosotros, tiene que ser
así, porque Él no perdonó a nuestro glorioso Sustituto. La justicia junta las
manos con el amor para proveer una salvación eterna para todos los que son
rociados con sangre.
FEBRERO 4
“No os dejaré huérfanos: vendré a
vosotros”. Juan 14:18.
Él nos dejó, y sin
embargo no somos dejados huérfanos. Él es nuestro consuelo, y se ha marchado,
pero no estamos desconsolados. Nuestro consuelo es que Él vendrá a nosotros, y
esto es bastante consuelo para sostenernos durante su ausencia prolongada.
Jesús ya está de camino. Él dice: “Vengo en breve”; Él viene hacia nosotros con
gran rapidez. Él dice: “Vendré” y ninguno puede impedir su venida, o atrasarla
un cuarto de hora. Él dice particularmente “vendré a vosotros”; y así lo hará.
Su venida es particularmente para su propio pueblo. Esto es, para serles de
consuelo presente, mientras que lloran la ausencia del Esposo.
Cuando perdemos el gozoso
sentido de su presencia, gemimos; pero no debemos entristecernos como si no
hubiese esperanza. Nuestro Señor con un poco de ira se ha escondido de nosotros
por un momento; mas volverá en completa gracia. En un sentido nos deja, pero
solamente en un sentido. Cuando se retira, deja detrás la garantía de que
volverá. ¡Oh Señor, ven pronto! ¡No hay vida en esta existencia terrestre si Tú
has marchado! Gemimos por la vuelta de tu sonrisa dulce. ¿Cuándo vendrás a
nosotros? Estamos ciertos de que aparecerás; pero que seas como el gamo y como
el cabrito de los ciervos. ¡Apresúrate a nosotros, oh nuestro Dios!
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