Hace 146 años las costas del extremo sur del continente americano eran testigos de un hecho insólito. Un misionero inglés, capitán Allan Garden, con seis compañeros había desembarcado con la intención de evangelizar a los indios patagones. Estos eran hostiles a los misioneros y no les prestaron ni atención ni albergue. El capitán y sus compañeros tuvieron que cazar y pescar para poder comer. Al tiempo la pólvora era escasa y húmeda y sus redes se rompían con los hielos flotantes. El grupo no tuvo otra alternativa que esperar junto al mar el barco de reabastecimiento que debía venir…pero que llegó demasiado tarde. Todo los víveres se agotaron. El frío, el viento constante, el hambre, fueron debilitándolos, y solos, lejos de sus seres queridos, lejos de todo el mundo civilizado, uno a uno fueron muriendo. El capitán Gardner mantuvo un diario de los hechos de esos días, de sus pensamientos y oraciones, hasta que no tuvo ya fuerzas para seguir escribiendo. En una roca, quizás con un último esfuerzo, pintó una flecha. Apuntaba hacia la cueva que cobijaba los cuerpos de sus amigos. Y también pintó una cita bíblica, Salmos 62:5-8. Leer el mensaje completo...
Fuente: Ravenhill Español