Versículo para hoy:

viernes, 4 de enero de 2019

Descubre el gozo de la devoción diaria, día 2 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



4 de enero – EL DISCÍPULO A QUIEN JESÚS AMÓ

En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 1 Juan 3:16.

Si tú anhelas ser «el discípulo a quien Jesús amó», empieza pronto. Yo supongo que Juan tendría entre veinte y veinticinco años cuando se convirtió; sea como sea, era un hombre bastante joven. Todas las imágenes que hemos recibido de él, aunque no les concedo gran valor, no obstante, coinciden con el hecho de su juventud. La piedad juvenil tiene la oportunidad más ventajosa de convertirse en piedad eminente. Si empiezas pronto a andar con Cristo, mejorarás tu paso y el hábito crecerá en ti. El que se hizo cristiano en los últimos años de su vida, escasamente alcanzará el primer grado por falta de tiempo y por la influencia entorpecedora de viejos hábitos. Pero el que comienza pronto está sembrando en buen terreno, con un aspecto soleado y debe llegar a la madurez.

Si quieres convertirte en el hombre a quien Jesús ama, cultiva un afecto fuerte y deja que tu naturaleza sea tierna y gentil. El hombre que de forma habitual está de mal humor y enojado, no puede andar con Dios. Un hombre de temperamento presuroso y violento que nunca trata de corregirlo o el hombre en quien hay un recuerdo malévolo de las heridas, como un fuego que arde en las ascuas, no puede ser el compañero y amigo de Jesús, cuyo espíritu es de naturaleza opuesta. El Señor aprueba un corazón lastimero, compasivo, desinteresado y generoso. Debes estar dispuesto a dar no solo tu comodidad, sino hasta tu vida por los hermanos. Vive en el gozo de otros, como hasta los santos hacen en el cielo. Así te convertirás en un hombre muy amado.

A través de la Biblia en un año: Mateo 7 - 8

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

Descubre el gozo de la devoción diaria, día 1 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



3 de enero – SACERDOTES DEL ALTÍSIMO

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9.

¡Alguien como Jesús en alguien como yo! ¡El Rey de gloria en el seno de un pecador! Esto es un milagro de la gracia, sin embargo, es lo suficientemente sencillo. Una fe humilde, que se arrepiente, abre la puerta y Jesús entra de una vez en el corazón. El amor cierra la puerta con la mano de la penitencia, la vigilancia santa mantiene alejados a los intrusos. Y así se cumple la promesa: «Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). La meditación, la contemplación, la oración, la alabanza y la obediencia diaria mantienen la casa en orden para el Señor. Y luego viene la consagración de toda nuestra naturaleza para su uso como un templo, la dedicación del espíritu, el alma y el cuerpo y de todos sus poderes como vasijas santas del santuario. Es como escribir «santidad al Señor» en todo lo que nos rodea, hasta que nuestras ropas del diario se conviertan en vestiduras, nuestras comidas en sacramentos, nuestra vida en un ministerio y nosotros mismos en sacerdotes del Altísimo. ¡Qué suprema condescendencia de este morar dentro de nosotros! Él nunca moró en un ángel pero reside en un espíritu contrito. Hay un mundo de significado en las palabras del Redentor «Yo en ellos». Que las conozcamos como las traduce Pablo: «Cristo en ustedes, la esperanza de gloria».

A través de la Biblia en un año: Mateo 5 - 6

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.