Capítulo 4
Esta mentira del diablo es
muy peligrosa. Es una mentira que ha sido usada para engañar a muchos y
ponerlos bajo el control y dominio del pecado. El arrepentimiento no es fácil;
está más allá de las fuerzas humanas. Para arrepentirse uno necesita el mismo
poder que levantó a Cristo de los muertos, es decir, se necesita el poder de
Dios.
El
apóstol Pablo escribió a Timoteo que los siervos de Dios debían enseñar la
verdad, con la esperanza que Dios concediera a los oyentes el arrepentimiento.
(2 Tim.2:25) El arrepentimiento no es fácil; el arrepentimiento es el don de
Dios. El profeta Jeremías preguntó: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo
sus manchas? Así también, ¿Podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer
el mal?” (Jer.13:23) Las personas no pueden cambiarse a sí mismos; hace falta
el poder de Dios para que puedan cambiar. El hecho simple de decir, “Señor ten
misericordia de mí,” no es el arrepentimiento verdadero. Los que usan este
lenguaje sin un cambio genuino en sus vidas, se están engañando. Muchos están
ahora en el infierno porque se equivocaron en cuanto a la naturaleza del
arrepentimiento.
Hay
tres elementos esenciales en el arrepentimiento.
El primer elemento es un cambio
sustancial; es dar la espalda al pecado y volverse hacia Dios. El
arrepentimiento es dejar las tinieblas y volver a la luz. Isaías dijo: “Deje el
impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Dios.”
(Is.55:7) El arrepentimiento significa dar la espalda a todo pecado, aún el
pecado que uno amaba más. Significa también un cambio de actitud hacia Dios y
hacia todo lo que Él manda. Cuando una persona se arrepiente verdaderamente,
sabe que no existe nada en ella misma que agrade a Dios, y todo lo que tiene es
su pecado. Esto le hace volverse a Dios suplicándole ayuda y perdón. El
arrepentimiento no es fácil. Siempre es difícil y ocasiona dolor y
vergüenza.1
El segundo elemento en el arrepentimiento verdadero es un cambio
completo de vida. El arrepentimiento significa un cambio en la vida interior,
en lo que uno piensa y en lo que uno desea. El arrepentimiento significa un
cambio tan fuerte en la vida que otros pueden verlo, un cambio en su manera de
vivir, en sus hábitos, en su perspectiva. Isaías 1:16 dice, “Lavaos y limpiaos;
quitad la iniquidad de vuestras obras delante de mis ojos; dejad de haced lo
malo; aprended a haced el bien.” Esto significa un cambio exterior e interior,
un cambio completo de vida.
El tercer elemento del arrepentimiento es su continuidad a lo largo
de toda la vida del creyente. Arrepentirse significa siempre esforzarse para
guardar la ley de Dios en forma más completa. Significa acercarse cada vez más
a Dios aunque al mismo tiempo, sabemos que no podemos dejar de considerarnos
pecadores. La vida cristiana consiste de un proceso continuo de mortificación
del pecado. El apóstol Pablo, quien fue usado grandemente por Dios, dijo,
“¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?”
(Rom.7:24)
El
arrepentimiento no es propio de la naturaleza humana; se necesita tanto del
poder de Dios para arrepentirse, como para no pecar. “Venid y volvamos a Jehová
porque Él nos arrebató y nos curará; hirió y nos vendará. Nos dará vida después
de dos días; en el tercer día nos resucitará y viviremos delante de El.”
(Os.6:1- 2) Fíjense que Dios es el que hace todas estas cosas a favor de su
pueblo. Él les sana. Él venda sus heridas. Les vivifica y restaura. El poder de
Dios y el amor de Dios están actuando en el arrepentimiento. Sin la
misericordia y el amor de Dios actuando en uno, no puede haber arrepentimiento
verdadero.
Es
común que satanás le dice a uno que el arrepentimiento es fácil. Pero después
de que se ha caído en el pecado su mensaje cambiará; ahora dirá que el
arrepentimiento es imposible. Una vez que la persona se ha acostumbrado al
pecado, el diablo dirá que el arrepentimiento es la cosa más difícil que uno puede
hacer. Le dirá que resulta difícil dar la espalda a los pecados que ya forman
parte de su vida misma. Dirá que no puede haber posibilidad del
arrepentimiento, porque ha abusado de la misericordia de Dios y no ha hecho
caso de las advertencias divinas. Satanás le hablará de cuantas veces ha caído
y que tan malos han sido sus pecados. Le dirá, “Ahora es imposible
arrepentirse.”
Los creyentes verdaderos
buscarán el arrepentimiento mientras haya tiempo, ¡hoy! El arrepentimiento
nunca es fácil pero con la ayuda y con la misericordia de Dios, uno puede dar
la espalda al pecado y volverse hacia Dios.
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