Un comentarista ha dicho: “Dios es un gran creyente en apuntar nombres”. Eso es verdad. Hay muchos capítulos como este en las Escrituras, cosa que debería de animarnos. Significa que Dios tampoco se ha olvidado de nuestros nombres. Le encanta dejar constancia de los nombres de personas desconocidas. La enseñanza central de un capítulo como este es que, para volver a reconstruir las vidas, necesitamos y debemos buscar la ayuda los unos de los otros. Este es un gran capítulo acerca de la cooperación. Ilustra la verdad del Nuevo Testamento acerca del cuerpo de Cristo. En 1 Corintios 12, Romanos 12 y otros capítulos, se enseña que los creyentes en Cristo son parte de un cuerpo mundial compuesto de muchos miembros. Nos pertenecemos los unos a los otros, así que debemos ayudarnos unos a otros a llevar las cargas. Esto es algo que queda ilustrado de manera muy dramática en este capitulo. Aprendemos por lo que dice en el Nuevo Testamento que hay dos cosas que ya no podemos decir cuando nos hacemos cristianos. La primera es: “No me necesitas”. Todo el mundo en el cuerpo de Cristo necesita a las demás personas. La segunda cosa es: “No te necesito”. ¡Por supuesto que necesitamos a los demás! Es el tomar conciencia de esta verdad lo que hace que la iglesia sea una congregación viviente, cálida y amorosa. En el llamamiento al pueblo de Jerusalén para reconstruir las murallas y sus puertas, nos enteramos de que todas las personas participaron en el proyecto. Esto nos muestra un importante principio del Nuevo Testamento: que el ministerio de la iglesia pertenece a toda la congregación. Con frecuencia las personas creen que solo el pastor y el personal contratado deben realizar el trabajo de evangelizar, de enseñar, de aconsejar, de sanar los daños sufridos por otros y de servir a los necesitados. Debido a que hemos seguido esta práctica durante demasiado tiempo, la iglesia se encuentra en una situación problemática por todo el mundo. Yo no conozco ninguna verdad que sea más importante para llevar a cabo la obra de Dios que esta. Sin embargo, en iglesia tras iglesia, resulta difícil conseguir que las personas entiendan esto. Usted tiene el gran privilegio de alcanzar a personas en su propio vecindario y de realizar la obra del ministerio allí. Donde las iglesias no entienden esto, se encuentra una situación muy distorsionada. Las personas no tienen un ministerio propio, y por lo tanto tienen poco estímulo o interés en la vida.
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Aplicación a la vida |
¿Dónde es maravilloso buscar la ayuda de otras personas en lugar de intentar ser independientes de ellas? ¿A cuáles personas pertenece el ministerio de la iglesia? |
Versículo para hoy:
sábado, 7 de agosto de 2021
7 de agosto - Nos necesitamos los unos a los otros - Ray Stedman
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