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El pozo alrededor del cual tiene
lugar esta historia es el tema central. El significado espiritual de este
pozo es fácil de reconocer para nosotros, puesto que sucede con frecuencia en
la Biblia como una imagen de la Palabra de Dios. El agua del pozo es con
frecuencia Cristo como la fuente de refresco para el alma sedienta. Recuerde
usted cómo el Señor le dijo a la mujer de Samaria al acercarse al pozo: “El
agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
(Juan 4:14b). Los pozos en las Escrituras son con frecuencia una imagen de
una relación. En Gálatas Pablo nos dice cómo
interpretar a Agar e Ismael, lo que significan para nosotros en el programa
de Dios. Dice que “Agar es el Monte de Sinaí, en Arabia” (Gálatas 4:25),
desde el cual fue dada la ley. Ella e Ismael son la imagen de la actual
Jerusalén, que es la nación de Israel que rechazó a Cristo, a pesar de lo
cual retuvo las promesas y el cuidado y protección de Dios en sus vidas.
Israel persiguió a aquellos en la nación que se volvieron a Cristo en los
tiempos de la iglesia primitiva. Pablo nos dice en Romanos que, después de
que Israel rechazase a Cristo, se produjo ceguera en parte de la nación, que
habría de durar hasta que todos los gentiles que creyesen hubiesen venido
(Romanos 11:25-26). Aquí en el Antiguo Testamento, dos mil años antes de que
viniese el Señor, esto nos fue mostrado en la vida de Abraham. Al igual que Ismael, la nación de Israel
ha estado vagando por el desierto del mundo desde la Semana de la Pasión,
cuando el pueblo se reunió ante Pilato y dijo: “No queremos que este reine
sobre nosotros” (Lucas 19:14), y “Su sangre sea sobre nosotros y sobre
nuestros hijos” (Mateo 27:25b). Poco después, la ciudad de Jerusalén fue
destruida y el templo saqueado y destruido, y el pueblo de Israel fue echado
vagando por las naciones. Estuvieron vagando de la misma manera que Ismael en
el desierto durante siglos enteros, sin ningún lugar central en que reunirse,
sin la verdadera adoración a Dios que habían conocido en los días del Antiguo
Testamento. Han estado vagando en el desierto desde entonces, pereciendo de
sed. Pero el Nuevo Testamento nos dice
que llegará un día cuando sus ojos serán abiertos, de la misma manera que lo
fueron los ojos de Agar aquí y ella pudo ver el pozo. El pozo es la Palabra
de Dios, representando a Jesucristo, el Hijo de Dios. Tal vez esté cerca la
hora misma en que Israel, la nación que ha estado vagando en incredulidad
alrededor de la tierra desde aquel tiempo, le serán abiertos los ojos y
podrán contemplar de nuevo a Cristo en sus propias Escrituras. Muchos han
preguntado por qué los judíos no creen en Cristo si el Antiguo Testamento
está tan lleno de Jesucristo. La respuesta es que Israel ha experimentado un
endurecimiento en parte “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”
(Romanos 11:25b). No todos los judíos se han negado a creer, pero muchos de
ellos, incluso con el testimonio de sus propias Escrituras, no creen en Jesús
como el Mesías. Pero Dios dice que llegará un día por fin en el que sus ojos
serán abiertos. Dios estará con ellos y, de la misma manera que hizo a Ismael
grande, hará también de Israel una nación grande de nuevo. Padre, te doy gracias porque todas
las cosas que Tú has escrito en Tu Palabra sucederán. Tú eres el Dios
soberano de la historia, y yo te alabo porque Tú has cumplido Tus promesas a
Tu pueblo. |
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Aplicación a la vida |
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¿Consideramos la oración como
sencillamente una línea caliente de emergencia? ¿Nos estamos perdiendo el
maravilloso privilegio de ser compañeros de Dios por medio de nuestra oración
habitual, confiada y dependiente? |
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Versículo para hoy:
lunes, 22 de junio de 2020
22 de junio - Dejando de vagar - Ray Stedman
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