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lunes, 21 de octubre de 2024

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

Aplicación práctica

Ahora concluyo mi tema con unas pocas palabras de aplicación práctica. Nos toca vivir en una época cuando el mundo parece estar pensando solamente en batallas y en pelear.

La guerra entre humanos está entrando en el alma de más de una nación y, consecuentemente, la alegría ha desaparecido de muchas regiones. En tiempos como estos, el pastor puede, con conocimiento de causa, llamar a los creyentes a recordar su guerra espiritual. Agregaré unas pocas palabras finales acerca de la gran batalla del alma.

(1) Puede ser que usted esté luchando duro por recibir las recompensas de este mundo.

Quizá esté dando todas sus fuerzas a obtener dinero, o una posición, o poder o placer. Si ese es su caso, tenga cuidado. Su siembra dará como fruto una cosecha de amarga desilusión. A menos que preste atención a lo que está haciendo, le pasará lo que dice el profeta: "en dolor seréis sepultados" (Is. 50:11).

Miles de personas han andado por la misma senda en la que está andando usted y han despertado demasiado tarde a la realidad de que su final era una ruina lamentable y eterna. Han luchado duro para obtener riquezas, honra, una posición y alguna promoción, y le han dado la espalda a Dios, a Cristo y al cielo en el mundo venidero. ¿Y cuál ha sido su final? Con frecuencia, de hecho con demasiada frecuencia, han descubierto que toda su vida fue un gran error. Han aprendido por amarga experiencia los sentimientos del estadista moribundo que exclamó en sus últimas horas: "La batalla ha sido librada. La batalla ha sido librada: Pero no se ha conquistado la victoria".

Para su propia felicidad, decida hoy ponerse del lado del Señor. Líbrese de su indiferencia e incredulidad del pasado. Deje los caminos de un mundo insensato e irracional. Tome la cruz y conviértase en un buen soldado de Cristo. "Pelee la buena batalla de la fe" para poder ser feliz, además de vivir seguro.

Piense lo que los hijos de este mundo hacen a menudo para tener libertad, aun sin ningún principio religioso. Recuerde cómo los griegos, romanos, suizos y tiroleses prefirieron perder todo, aun la vida misma, en lugar de someterse a un yugo extranjero. Sea este ejemplo de inspiración para imitarlos. Si los hombres pueden hacer tanto por una corona corruptible, ¡cuánto más debiéramos hacer nosotros por una incorruptible! Despertemos a un sentido de la desgracia de ser esclavo. Levantémonos y luchemos para tener vida, felicidad y libertad.

No tema empezar y ponerse bajo el estandarte de Cristo. El gran Capitán de nuestra salvación no rechaza a nadie que viene a él. Como David en la cueva de Adulán, él está listo para recibir a todos los que acudan a él, no importa lo indigno que se sientan. Nadie, si se arrepiente y cree, es demasiado malo para ser rechazado en el ejército de Cristo. Todos los que acuden a él por fe son aceptados, vestidos, armados, capacitados y, por último, conducidos a una victoria total. No tema empezar hoy mismo. Todavía hay lugar para usted.

No tenga miedo de luchar, una vez que se recluta. Cuando más entregado y sincero de corazón sea como soldado, más tranquilo peleará en su guerra espiritual. Sin duda, tendrá problemas, cansancios y duras luchas antes de terminar su guerra. Pero no deje que ninguna de estas cosas lo sacudan. Más grande es el que está de su lado que los que están en su contra. La libertad eterna o cautividad eterna son las alternativas que tiene. Escoja la libertad y luche hasta el fin.

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