Capítulo 10
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xiste otro método del diablo para impedir el servicio de los
creyentes, consiste en hacerles pensar que hay un número pequeño de personas
que sirven a Cristo y que esas personas son los menos importantes, los de menos
influencia y los más pobres de todos. Satanás les dirá, “Seguro que no quieren
malgastar su vida en medio de un pueblo como éste, sin poder, sin influencia,
ignorantes y pobres. No vale la pena obedecer a Dios si su pueblo es así.”
¿Cómo deben reaccionar los creyentes cuando el diablo les habla de esta manera?
Primero, deben recordar que
aunque satanás les llame pobres a los seguidores de Cristo, y aunque sean
pobres en cuanto a los bienes del mundo, en realidad son los más ricos. No
ricos en cuanto al dinero o en cuanto a bienes, sino ricos en las bendiciones
de Dios. Santiago, hablando de este asunto escribió: “Hermanos míos amados oíd: ¿No ha
elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos
del reino que ha prometido a los que le aman?” (Stg.2:5) Estos pocos y
pobres e insignificantes cristianos -como satanás les llamaría-, en verdad son
los más ricos y poderosos del mundo. Aunque tengan poco en sus manos, poseen
mucho en sus esperanzas. Aunque casi no tengan nada ahora, son los herederos
del glorioso reino de Dios.
Los creyentes también deben
recordar que a lo largo de la historia humana, algunos de los creyentes han
sido ricos y famosos. Por ejemplo Abraham y Job son dos casos de creyentes que
eran ricos en bienes materiales. Entonces satanás no tiene razón en decir que
todos los creyentes siempre han sido pobres. Algunos creyentes son ricos en
bienes de este mundo y todos son ricos en bendiciones espirituales.
Las bendiciones espirituales son
más grandes que todas las riquezas terrenales de todos los inconversos en el
mundo. El creyente más pobre con bendiciones espirituales, posee más que la
persona más rica de la tierra sin ellas. Las bendiciones espirituales
satisfacen cuando las bendiciones materiales no pueden hacerlo. Jesús habló de
las bendiciones espirituales como agua viva: “Más el que bebiere del agua que
yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna.” (Jn.4:14) Los creyentes
tienen bendiciones perdurables que nunca les podrán ser quitadas. Las
bendiciones de los creyentes les acompañan en todo tiempo: en la prisión, en el
tiempo de la enfermedad, a la hora de la muerte y en la eternidad. Ningunas
riquezas terrenales pueden hacer esto. ¿Quién es realmente
pobre? ¿El así llamado “pobre” creyente o el inconverso más rico de la tierra?
Satanás está ocultando parte de la verdad cuando dice que solo hay creyentes pobres en el mundo. Aunque parezca que es así, la realidad es otra. El número total de creyentes en el mundo es muy grande. Y el número de creyentes que ha existido a lo largo de la historia es también cuantioso. Apocalipsis 7:9 dice que el apóstol Juan vio “una gran multitud la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y de la presencia del cordero.” Aunque puede ser que muchos creyentes viven en lugares donde existen pocos cristianos y muchos de ellos son pobres y humildes, no siempre es así. El día vendrá pronto cuando estos creyentes pobres y humildes brillarán como el sol. Pablo escribió acerca de cómo Dios levantó a los creyentes y los hizo sentar en los lugares celestiales. (Ef.2:6) Algún día Dios mostrará al mundo qué tan bendito es su pueblo. Entonces los ricos de la tierra envidiarán a los creyentes que antes juzgaron como pobres.
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