Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí...", (Gálatas 2:20)
Estas palabras significan que mis propias manos rompen y derriban voluntariamente mi independencia.
También implican la entrega absoluta de mi vida a la supremacía del Señor Jesús, lo cual nadie puede
hacer por mí. Yo mismo debo hacerlo. Dios puede dirigirme hasta ese punto 365 veces al año, pero no me
obligará a hacerlo. Gálatas 2:20 significa romper la cáscara de mi independencia de Dios como individuo,
la emancipación de mí mismo y mi naturaleza para unirme con Él, no siguiendo mis propias ideas, sino
escogiendo la absoluta voluntad a Jesús. Una vez que estoy allí no hay posibilidad de equivocación. Muy
pocos sabemos algo acerca de la lealtad a Cristo o entendemos el significado de las palabras: "Por mi
causa", (ver Mateo 5:11). Eso es lo que hace fuerte a un creyente.
¿He llegado a ese quebrantamiento de mi independencia? Todo lo demás es un fraude religioso. El único
asunto que debes decidir es: ¿me rendiré? ¿Me someteré a Jesucristo, sin poner ninguna clase de
condiciones, venga como venga ese quebrantamiento? Mi comprensión personal sobre mí mismo debe ser
quebrantada. Cuando alcanzo este punto, la realidad de la identificación sobrenatural con Jesucristo
ocurre de inmediato y el testimonio del Espíritu de Dios es inequívoco: con Cristo estoy juntamente
crucificado.
La pasión del cristianismo surge porque deliberadamente renuncio a mis propios derechos y me vuelvo un
esclavo de Jesucristo. Solo cuando lo hago, empiezo a ser un santo.
Un solo estudiante al año que escuche el llamado de Dios es una razón suficiente para que Dios haya
permitido la existencia de este seminario de entrenamiento bíblico, el cual no tiene ningún valor como
organización ni es de tipo académico. La única razón para que exista es que Dios pueda utilizar nuestras
vidas. ¿Podrá Él usarnos o estamos más interesados en nuestras ideas de lo que seremos en el futuro?
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