"Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos", Marcos 9:22
Después de todo tiempo de exaltación Dios nos lleva, en un repentino y precipitado descenso, hacia las
circunstancias tal como son, donde no hay nada hermoso, poético ni emocionante. La altura de la cumbre
se mide por la monotonía gris del valle, pero en él es donde debemos vivir para la gloria de Dios. En el
monte vemos su gloria, pero allí nunca vivimos para su gloria. Es en el valle de la humillación donde
comprendemos lo que verdaderamente valemos para Dios y donde se revela nuestra fidelidad. Debido al
egoísmo natural de nuestros corazones, la mayoría de nosotros podemos hacer cosas si nos encontramos
siempre en un nivel heroico. Pero Dios nos quiere en el nivel común y rutinario de todos los días, es decir,
en el valle donde vivimos teniendo en cuenta nuestra relación personal con Él. Pedro pensó que sería
magnífico permanecer en la cima; pero Jesucristo bajó a sus discípulos del monte al valle, donde les fue
explicado el verdadero significado de la visión (ver Marcos 9:2-9,14-23).
"Si puedes hacer algo..." Se necesita el valle de la humillación para desarraigar de nosotros el
escepticismo. Examina tus experiencias del pasado y descubrirás que sólo cuando aprendiste quién era
Jesús dejaste de ser un astuto escéptico de su poder. En la cima podías creer cualquier cosa, pero ¿qué de
las veces cuando tenías que enfrentar las realidades del valle? Quizá puedas dar testimonio de tu
santificación, ¿pero qué dices de la situación que te humilla en este momento? La última vez que estuviste
en el monte con Dios, comprendiste que todo poder en el cielo y en la tierra le pertenece a Jesús, ¿serás
escéptico ahora, simplemente porque estás en el valle de la humillación?
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