"Cuando estabas debajo de la higuera, te vi", Juan 1:48
Adora siempre que tengas la oportunidad.
Nosotros pensamos que estaríamos listos para la batalla, si
enfrentáramos una gran crisis. Pero la crisis no construye algo dentro de nosotros, sino que revela de qué estamos ya hechos. ¿Estás diciendo: "Si Dios me llama a la batalla, por supuesto que estaré a la altura de la
ocasión"? Pues no lo estarás, a menos que te hayas ejercitado en el campo de entrenamiento de Dios. Si no estás realizando la tarea que tienes a la mano y que Dios dispuso para tu vida, cuando sobrevenga la
crisis, en lugar de estar listo para la batalla serás un inepto. Las crisis siempre revelan el verdadero
carácter de una persona.
Una relación privada de adoración a Dios es el acto más grande y esencial para poder ser idóneo
espiritualmente. Llegará el tiempo, como lo experimentó Natanael en este pasaje, cuando ya no será
posible la vida "bajo la higuera", porque todo estará al descubierto y el trabajo se expondrá a la luz. Pero en ese momento descubrirás que no vales nada, si no has estado adorando a Dios en todas las
oportunidades diarias que se presentan en tu hogar. Si tu adoración es correcta en tu relación privada con
Dios, entonces Él te liberará y estarás preparado. Él es el único que ve que te has vuelto perfectamente
apto y cuando viene la prueba, puede confiar en ti.
¿Estás diciendo: "Pero no se puede esperar que viva una vida santificada en las circunstancias actuales,
pues no tengo tiempo para orar o para estudiar la Biblia. Además, aún no ha llegado mi oportunidad para
la batalla, pero, cuando llegue, por supuesto que estaré listo”? No, no lo estarás! Si no has estado adorándolo
en cada oportunidad diaria, cuando llegue el momento de entrar en la obra de Dios no sólo serás inútil,
sino un gran estorbo para los que estén trabajando contigo.
El campo de entrenamiento divino, donde se encuentran las municiones misioneras, es la vida de
adoración privada y personal del creyente.
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