"...Levántate de los muertos..." Efesios 5:14
No toda iniciativa -la disposición para dar el primer paso- es inspirada por Dios. Una persona te podría
decir: "¡Anímate y sigue adelante! ¡Agarra por el cuello ese desgano y tíralo por la ventana!
¡Simplemente enfrenta las cosas!" Esa es la iniciativa humana. Pero cuando el Espíritu de Dios viene a
nosotros y en verdad nos dice: “¡Anímate y sigue adelante!", de repente descubrimos que la iniciativa es
inspirada.
Todos nosotros poseemos muchísimos sueños y aspiraciones cuando somos jóvenes, pero tarde o
temprano nos damos cuenta de que no tenemos el poder para realizarlos. Debido a que no podemos llevar
a cabo lo que anhelamos, somos propensos a considerar como muertos esos sueños y aspiraciones. Pero
Dios se acerca y nos dice: "...Levántate de los muertos". Cuando Él envía su inspiración, nos llega con un
poder tan milagroso que podemos levantarnos de los muertos y hacer lo imposible. Lo extraordinario de
la iniciativa espiritual es que la vida y el poder vienen después de que nos “animamos y seguimos
adelante". Dios no nos otorga una vida vencedora; nos da vida a medida que vencemos. Cuando viene la
inspiración divina y Él nos dice: "...Levántate de los muertos", nosotros mismos debemos ponernos de
pie; Dios no nos levantará. Nuestro Señor le dijo al hombre de la mano seca: "Extiende tu mano", Mateo
12:13. Su mano fue sanada tan pronto la extendió pero él tuvo que tomar la iniciativa. Si nosotros
tomamos la iniciativa vamos a encontrar que tenemos la inspiración de Dios, porque Él nos da de
inmediato el poder de la vida.
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