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Tan pronto como Abram se encuentra
de regreso en la tierra, aparecen de nuevo la tienda y el altar. En Egipto no
estaban ni la tienda ni el altar. Es decir, no existía el personaje del
peregrino, ningún lugar de adoración ni ninguna comunión en Egipto. Pero
incluso de regreso en la tierra, es preciso que Abram vuelva al lugar donde
erigió un altar al nombre del Señor. En otras palabras, ¡el tiempo que había
pasado en Egipto había sido un tiempo perdido! No hubo crecimiento en la
gracia en aquella tierra. Fue preciso que regresase a donde había estado
cuando descendió a Egipto. Tenía ganancias materiales que mostrar por el
tiempo que había pasado en Egipto, pero nada que no fuera vacío y debilidad
espiritual. ¿Ha descubierto usted la verdad tan
grande que es esta? ¡Cuando abandonó usted el camino de la fe, cuando se negó
a caminar en comunión con Dios, cuando dependió de los recursos del mundo
para satisfacer el anhelo vacío del corazón, estos resultaron ser años
perdidos! Puede que fuesen años enteros, literalmente hablando. Yo conozco a
personas que han vivido prácticamente toda su vida cristiana en Egipto y todo
cuanto tienen para demostrarlo es una existencia infructuosa, perdida, vacía
y aburrida. Cuando Abram regresó por fin, ¿qué
fue lo que se encontró? No hay mención alguna de hambre al regresar, pero yo
creo que el hambre todavía continuaría. Recuerde usted que Abram fue echado
de Egipto, aunque no estaba aún dispuesto a marcharse por su propia voluntad,
lo cual indicaría que el hambre continuaba aún en Canaán. Pero además, las
peleas que se produjeron con los pastores de Lot por los campos de pasto
sugieren que había todavía una gran escasez de alimento. Pero a pesar de que
continuaba el hambre, a Abram ya no le preocupa. ¿Por qué no? ¡Porque cuando
llegó a la tierra, lo primero que hizo fue invocar el nombre del Señor! Esto
es lo que debió y podría haber hecho cuando empezó el hambre. El nombre del Señor representa
todos los recursos de Dios. Cuando nosotros cobramos un cheque, estamos
llamando, por así decirlo, el nombre de la persona que ha firmado el cheque.
Cuando Abram llama el nombre del Señor, está descubriendo que Dios puede
suplir las necesidades a pesar del hambre, de las pruebas y de las
circunstancias. Como proclama Pablo: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os
falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). Permíteme que yo, al igual que
Abram, aprenda que en Egipto no hay otra cosa que no sea aflicción,
sufrimiento y peligro para mí y mis seres amados, pero en Ti está todo lo que
necesito para suplir mi más hondo clamor. |
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Aplicación a la vida |
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Cuando llegan las pruebas y las
aflicciones, puede ser difícil aferrarse a Dios. ¿Hemos descubierto que
depender de Él es mucho mejor que tener que pagar el elevado costo de otra
clase de alivio? |
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Versículo para hoy:
jueves, 4 de junio de 2020
4 de junio - El elevado costo de descender - Ray Stedman
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