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Aquí no dice nada acerca de pedirle
permiso a Dios para descender a Egipto. Abram siguió el consejo no de Dios
sino tan solo de sus propios temores. Para usar una expresión contemporánea:
“apretó el botón del pánico”, y se fue a Egipto, dominado por el temor. Si la tierra es un símbolo para
nosotros de la vida de comunión con el Cristo viviente, el hambre en la
tierra representa cualquier circunstancia que amenaza nuestra dependencia en
Él. Es cualquier circunstancia que hace difícil mantener la fe. ¿Ha sentido
usted alguna vez esta clase de hambre? ¿Ha estado viviendo alguna vez con la
plenitud del gozo de la comunión con Cristo y la fortaleza de Dios como su
porción, cuando de repente alguna circunstancia por encima de su control hace
difícil mantener esa comunión? Puede que sea un nuevo jefe que resulta ser un
ogro, puede que sean los vecinos que tiran su basura por detrás de la cerca
trasera o una suegra que es toda una tigresa que viene a vivir con usted. Es
siempre alguna circunstancia difícil de la vida que dificulta el mantener una
relación de comunión con Cristo. Es posible que sea una labor difícil y
exigente que le deja a usted poco tiempo para cultivar el espíritu. Puede que sea la amarga decepción
lo que le deje a usted fuera de combate y sintiendo dolor en su corazón de
manera que apenas si puede encontrar las fuerzas para orar y tener comunión.
Puede que sea un ambiente deprimente que hace que le cueste a usted superarlo.
Puede que sean motivos malentendidos, cuando usted ha pretendido hacer el
bien y alguien lo ha interpretado mal, y se ha sentido usted profundamente
herido. Resumiendo, es cualquier tentación que da la impresión de ser más de
lo que puede usted soportar, lo que le amenaza con acabar con sus fuerzas,
con su comunión con Cristo. Cuando esto sucede, la tentación es
huir en lugar de enfrentarse con el problema. No nos gustan las pruebas como
estas, por lo que intentamos alejarnos desde el punto de vista físico, si
podemos. Nos mudamos a otro vecindario o nos vamos a casa de nuestra madre.
Pero si no podemos huir físicamente hablando, intentamos hacerlo mentalmente.
Huimos de lo que es una desagradable realidad huyendo en dirección a la
fantasía. Esto es algo que se hace mucho actualmente, y algunos huyen a
Egipto, donde la vida da la impresión de ser mucho más agradable de lo que lo
es en realidad. Siempre que intentamos satisfacer al espíritu haciendo uso de
los mismos recursos que los mundanos tienen a su alcance, descendemos a
Egipto. Padre, cuántas veces debo
confesarte a Ti que he descendido a Egipto. Ayúdame a ver que solo en Ti, el
Dios viviente, hay abundancia de lo que necesitamos, y Tú esperas revelar
esas cosas a cualquier corazón que esté dispuesto a dejar de vagar y de
buscar, acudiendo a Ti y descansando en Ti. |
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Aplicación a la vida |
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Al caminar por la vida nos encontramos siempre con situaciones duras o difíciles. ¿Intentamos retraernos físicamente o escapar mentalmente, o confiamos en que nuestro Señor nos ayudará a pasar por ellas? |
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Versículo para hoy:
miércoles, 3 de junio de 2020
3 de junio - Escapada a Egipto - Ray Stedman
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