|
A mí me encanta la frase: “se
levantó Abraham de delante de su muerta”. Eso implica que tuvo que cuadrarse
y enfrentarse de nuevo con la vida, a lo cual le sigue una maravillosa
confesión de fe: “Extranjero y forastero soy entre vosotros”. Esta es la
palabra de un hombre que mira más allá de lo que tiene que ofrecer la tierra
y ve la ciudad que tiene fundamentos, cuyo constructor y hacedor es Dios. Aunque Abraham había estado
llorando en el valle de la sombra de muerte, sintió de algún modo que no
podía haber sombra sin que hubiese una luz en alguna parte. ¿Ha aprendido
usted eso? Cuando aparecen las sombras en su vida, es una señal de que debe
de haber luz en alguna parte. Como es lógico, si le damos la espalda a la
luz, entonces somos nosotros mismos los que causamos la sombra. Yo creo que
las personas están viviendo actualmente en una sombra constante porque le han
dado la espalda a la luz, y ellos mismos oscurecen su propia existencia. Pero
si nos colocamos de cara a la luz, contemplando esa luz que procede de la
ciudad cuyo constructor y hacedor es Dios, entonces solo aparece la sombra
temporalmente cuando algún objeto oscurece la luz durante un momento. Después de todo, eso es lo que es
la muerte; es sencillamente un oscurecimiento temporal de la luz. Pero el
hombre de fe eleva sus ojos y mira más allá de la sombra y ve la luz que
todavía brilla, y les dice a estas personas: “Yo soy un extranjero y
forastero entre vosotros. No hay nada que me satisfaga aquí abajo y no puedo
nunca establecerme entre vosotros”. Toda la tierra le había sido dada por la
promesa de Dios, pero el cuerpo muerto de su esposa ante él le recuerda que
no ha llegado todavía el tiempo de Dios. Su fe no se debilita a causa de la
muerte de Sara, sino más bien se fortalece a causa de ella. Si Abraham no se hubiese acordado
de que era un peregrino y un extranjero, su corazón hubiese quedado
destrozado por la desesperación a causa de la muerte de su amada esposa y
compañera. Pero Abraham eleva sus ojos por encima de esto a la luz de la
ciudad más arriba. Se acuerda de que nada en esta vida se suponía que
cubriese totalmente las necesidades del corazón del peregrino extranjero que
pasa por ella. El Dr. Barnhouse cuenta de una
mujer joven cuyo esposo había muerto en acción durante la guerra. Cuando
llegó el telegrama, esta mujer cristiana lo leyó hasta el final y luego le
dijo a su madre: ―Voy a subir a mi cuarto; por favor no me molestes. Su madre llamó a su padre al
trabajo y le contó lo que había sucedido, y él volvió apresuradamente a la
casa y subió de inmediato a la habitación. Su hija no le oyó entrar, y él la
vio arrodillada junto a su cama. El telegrama estaba abierto sobre la cama
ante ella y ella estaba inclinada sobre él. Y al estar allí, le oyó decir a
su hija: “¡Oh, mi Padre, mi Padre celestial!” El hombre se dio la vuelta y
bajó las escaleras, y le dijo a su mujer: ―Está en mejores manos que las
mías. Esto es lo que hace la fe en la
hora del dolor. La fortaleza misma de la fe de Abraham en medio de su
angustia es que él es un extranjero y forastero, un peregrino de paso hacia
la única ciudad que puede satisfacer al corazón humano. Padre, sé que la vida puede a veces
golpearnos de una manera terrible. Permite que yo sea capturado por Aquel que
ha dicho que yo no puedo estar nunca completamente satisfecho con lo que hay
aquí, y haz que mis ojos se fijen en la luz que procede de la ciudad más
allá, para que yo sea adaptado a ese lugar. |
|
|
|
Aplicación a la vida |
|
¿Estamos nosotros viviendo en las
sombras creadas por haberle dado la espalda a la Verdad y a la Vida que
tenemos en Cristo Jesús? ¿A quién acudimos cuando la vida se derrumba? |
|
Versículo para hoy:
viernes, 26 de junio de 2020
26 de junio - Hasta que la muerte nos separe - Ray Stedman
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario