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Aquí tenemos al anciano Abraham
plantando un árbol y viviendo junto a su pozo. ¿Por qué se nos relata esto?
Es simbólico de lo que está sucediendo en su corazón y en su vida. El árbol
hace que nos acordemos de inmediato del Salmo 1, que dice que el hombre de
Dios será como un árbol plantado junto a ríos de agua viva, que dará su fruto
a su tiempo. He aquí una vida que es fructífera, que se interesa por las
personas que están inmediatamente a su alrededor y que está derramando
bendiciones en sus vidas y en sus corazones. Abraham invoca el nombre de Jehová,
el Dios eterno. Si la iglesia desea hacer algo para ayudar a este pobre,
ciego, sangrante y dificultoso mundo en el que vivimos, solo será cuando los cristianos redescubran lo que significa vivir a diario en la
fuerza, el poder, el propósito y la gloria de invocar al Dios eterno. Esto
es lo que escribe el gozo en nuestros corazones, el gozo que este mundo está
intentando buscar en vano. Abraham encontró gozo y de este modo pudo ser el
centro de bendición en la tierra de los filisteos. Encontrando y descubriendo
de nuevo los manantiales de fuerza espiritual, hizo más por avanzar la causa
de la justicia social y el bienestar que ninguno de los programas y planes
jamás han logrado hacer. El mundo que nos rodea hoy está
buscando la realidad más que jamás lo ha hecho con anterioridad. El mundo
está buscando con desesperación a hombres y mujeres de convicción que
defiendan lo que creen y que no dudarán en declararlo y en decir que no,
cuando implica involucrarse en algo que creen que está mal. El mundo está
buscando a hombres y mujeres que tienen convicciones, y las convicciones solo
se tienen viviendo en comunión con el Dios viviente. Eso fue lo que envió a
aquella nueva iglesia en los tiempos del Nuevo Testamento a que saliese
obteniendo una victoria tan triunfante sobre cada obstáculo. Barrieron todo
cuanto se les puso por delante, porque tenían comunión diaria con el Dios
viviente. Pero si nosotros no tenemos
comunión con el Señor, no tendremos nada que ofrecer. Seremos como un montón
de camareros en un restaurante regresando a la cocina y diciéndole al
cocinero: ―Mira, estamos teniendo problemas para que esta comida les llegue a
las personas. ¿Por qué no dejas la cocina y vienes a ayudarnos? Si el cocinero es sabio, les dirá a
ellos: ―Compañeros, lo peor que podría hacer yo sería ir a ayudaros a
vosotros. Es cierto que tenéis un problema y tenéis que resolverlo, pero si
alguien no se ocupa de cocinar, no habrá nada que distribuir. ¡Si no existe la fuente de la
moralidad en la iglesia, si no hay vidas que están descubriendo la fortaleza
y la paz interior y el poder que se tienen, gracias a la comunión con Cristo
y con el Dios vivo, no habrá nada que distribuir! Con esto en mente,
entreguémonos de nuevo a esta labor suprema de la iglesia de Cristo, que es
la declaración de las buenas nuevas de Jesucristo, que las personas pueden
ser salvas y sus vidas pueden ser transformadas conociendo al Dios vivo. Padre, te pido que pueda volver a
descubrir con Abraham el secreto de ser un amigo de Dios, un hombre o una
mujer de Dios, por medio del cual las vidas puedan ser transformadas. |
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Aplicación a la vida |
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¿Basta con que aceptemos la
ideología y la doctrina sencillamente porque suena espiritual? ¿Nos
mantenemos nosotros alerta ante los muchos y variados engaños enseñados por
lobos vestidos de ovejas? |
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Versículo para hoy:
martes, 23 de junio de 2020
23 de junio - Este mundo sediento - Ray Stedman
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