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El embudo es un instrumento o
dispositivo para hacer más estrecho el pasaje de líquidos o de polvos desde
un recipiente más ancho a uno más estrecho. Eso es lo que Dios está haciendo
aquí en Génesis 10. Se menciona a Sem, el hijo mayor de Noé, porque Dios está
reduciendo la corriente de la historia sagrada a las razas semíticas y Sem
es la parte estrecha del embudo. Dios está limitando la corriente de la
humanidad con la que va a tratar personalmente y de manera directa hasta
llegar a un grupo familiar, la familia de Sem. En el capítulo 11, continúa
con esto hasta reducirlo a un solo hombre, Abraham. De allí empieza a
ensancharse nuevamente al incluir a Abraham y todos sus descendientes, tanto desde el
punto de vista físico como espiritual. El resto de la Biblia tiene que ver
con los hijos de Abraham en ambos sentidos, el físico y el espiritual. Por lo
tanto aquí tenemos un eslabón muy importante para entender la Biblia.
¿Por qué hace Dios esto? Se le ha
acusado de mostrar favoritismo en cuanto a escoger al pueblo de Israel por Su
vínculo con la humanidad, pero no es eso porque Dios no hace acepción de
personas. Esto es algo que hace porque es necesario en vista de las
limitaciones de nuestras mentes, no de la Suya. No hay una sola persona que
pueda comprender todo el extenso y variado mundo de la humanidad; esto es
algo que no podemos lograr ni siquiera hoy. Cuando llega el momento de las
elecciones, participamos en votaciones para determinar lo que están pensando
las personas, porque no podemos entender ni asimilar de ninguna manera lo que
está pensando toda una masa de personas. Es preciso valerse de
muestras. Esto es lo que está haciendo Dios con Israel, que se convierte en
una muestra de personas. A lo largo del resto de la Biblia, lo que sea cierto
respecto a Israel lo es de todo el mundo, y su historia es nuestra historia.
Su obstinada rebeldía es la misma rebelión que manifestamos nosotros y su
bendición espiritual bajo Dios es de la misma clase que nosotros podemos esperar
si estamos abiertos a responder a la gracia de Dios. Hay un hecho que se
destaca en lo que de lo contrario sería sencillamente una genealogía
insípida: que Dios está buscando de alguna manera introducirse en nuestros
corazones y en nuestra voluntad. Él nos presiona por medio de grandes hechos históricos y por medio de los incidentes menores que nos suceden a cada uno
de nosotros.
El gran interrogante que es preciso
suscitar es: “¿Está usted escuchando? ¿Está usted recibiendo el mensaje que
Dios quiere que reciba?” Él lo escribe con caracteres grandes en el paisaje
de la historia y además lo escribe con caracteres más pequeños en los
incidentes de nuestra vida diaria. Pero en cada caso es la misma verdad que
resulta evidente en nosotros: el hecho de que Dios es esencial para nosotros
y no podemos vivir sin Él. Usted no puede realizarse por sí mismo; no puede
usted encontrarse a sí mismo sin Él. Él le ama a usted y le está buscando; el
le quiere y le está atrayendo a sí mismo.
Padre, te doy gracias por Tu amor,
demostrado a lo largo de las generaciones de personas y de reinos que han
aparecido y luego desaparecido, pero ahora ha sido revelado al enviar a Tu
Hijo unigénito.
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Aplicación a la vida
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La Biblia tiene que ver con la
nación de Israel como una muestra de la historia humana. ¿Estamos nosotros
dispuestos a aprender de estas lecciones generacionales y a responder a Dios
que nos está buscando?
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Versículo para hoy:
miércoles, 29 de abril de 2020
29 de abril - El embudo de Dios - Ray Stedman
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