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Estos nombres resultan de lo más
sugestivos: Set significa “nombrado”. Eva dijo: Le
llamaré Nombrado porque Dios ha nombrado a otro hijo para ocupar el
lugar de Abel. Cuando el hombre de fe es llevado de este mundo, la obra de
Dios no acaba, porque Él coloca a otro. Yo me he sentido muy impresionado por
el epitafio en la tumba de John Wesley en la Abadía de Westminster en
Londres. “Dios entierra a Su obrero, pero continúa con Su obra”. Y aquí
también sigue adelante la obra de Dios, pues nombra a otro hijo.
El nombre del hijo de Set fue Enós,
que significa “mortal”. Esto sugiere la idea de que en medio de esto aquella
civilización cananea, que se negó con orgullo a reconocer la gangrena que está
atacando el corazón de la humanidad y su deseo de conseguir de manera falsa
los lujos y las comodidades que Dios ha diseñado, reconoció en aquella
generación su mortalidad y, por ello, su dependencia de Dios. Hubo aquellos
que siguieron la senda estrecha de Dios y, como continua diciendo el relato,
“comenzaron a invocar el nombre de Jehová”. Reconocieron que es preciso que
sea Dios el que sane nuestros corazones antes de que podamos tener todas las
cosas que nuestros corazones anhelan ardientemente, que es preciso que
eliminemos el cáncer en nuestro interior antes de que podamos empezar a
vivir.
Desde el principio mismo las
Escrituras se esfuerzan por dejar perfectamente claro que solo existen dos
maneras de vivir. Está el camino amplio, que muchos están siguiendo, que
parece tan lógico pero que conduce a la destrucción, y está el camino
estrecho, que comienza en el punto en que la persona se encuentra sola ante
Dios y debe tomar una decisión, el camino estrecho que conduce a la vida tal
y como Dios pretendió y que era como debíamos de vivir la vida (Mateo
7:13-14). ¿Qué camino está usted siguiendo?
La juventud está escuchando a la
sirena del llamamiento del mundo, con el atractivo de los lujos, la
comodidad, la vida fácil, los logros y el poder de adquisición. No es que los
cristianos no puedan usar estas cosas. Pablo nos dice que debemos de usar,
pero no abusar, las cosas del mundo (1 Corintios 10:23-33). Pero a lo largo
de las Escrituras se nos advierte: “No améis al mundo ni las cosas que están
en el mundo” (1 Juan 2:15a). No haga de nada que está en el mundo el centro
alrededor del cual edifique su vida. Si esto tiene máxima importancia para
usted, está usted condenado. Jesús dijo que si intenta usted salvar su vida
conforme a estos términos, la perderá, pero que si pierde usted su vida por
causa de Él, la salvará (Mateo 16:24-25).
Permita usted a Dios que sane la
enfermedad del corazón humano con su necesidad insaciable de egocentrismo,
exaltándose a sí mismo, por medio de la obra del evangelio, por medio de la
gracia del Señor Jesucristo, y entonces podrá usted empezar a vivir. Este es
el camino que conduce a la vida, a la vida tal y como Dios quiso que fuese. Puede ser que esta vida no incluya lujos y comodidades, pero están en el futuro. Dios tiene esto para los que son
Suyos, para Su pueblo. Todo aquello que el corazón humano anhela acabará por
suplirlo Jesucristo.
Señor, yo decido seguir el camino
estrecho, el que posiblemente no sea fácil pero es el camino que conduce a la
vida.
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Aplicación a la vida
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Las grandes cantidades de opciones
de carrera para los jóvenes dan la impresión de ser más desconcertantes que
nunca. ¿Estamos nosotros enseñándoles a conocer y descansar en la Vida
abundante que provee todas nuestras necesidades?
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Versículo para hoy:
miércoles, 22 de abril de 2020
22 de abril - Demasiado y demasiado pronto - Ray Stedman
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