"Y vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas", Lucas 22:28
Es cierto que Jesucristo está con nosotros en nuestras tentaciones; pero, ¿andamos con Él en sus tentaciones? Muchos de nosotros dejamos de caminar con Jesús desde el instante en que experimentamos lo que Él puede hacer. Vigila el momento en que Dios cambia tus circunstancias y examina si andas con Jesús o estás de parte del mundo, la carne y el diablo. Llevamos su nombre, pero ¿continuamos caminando con Él? "Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él", Juan 6:66.
Las tentaciones de Jesús continuaron a lo largo de su vida terrenal y seguirán en el transcurso de la vida del Hijo de Dios en nosotros. ¿Vamos con Jesús en la vida que vivimos ahora mismo?
Tenemos la idea de que debemos protegernos de algunas de las circunstancias que Dios pone a nuestro alrededor. ¡Qué jamás ocurra esto! Él dispone nuestras circunstancias y sean cuales fueren, debemos imitarlas mientras permanecemos con Él en sus tentaciones. Estas son sus tentaciones; no las tentaciones que nos llegan a nosotros, sino las que le llegan a la vida del Hijo de Dios en nosotros. El honor de Jesucristo está en juego en nuestra vida corporal. ¿Permanecemos fieles al Hijo de Dios en todo lo que ataca su vida en nosotros?
¿Continúas andando con Jesús? El camino pasa a través de Getsemaní por la puerta de la ciudad y sigue hasta "fuera del campamento", Hebreos 13:13. El camino es solitario y continúa hasta que no quede el menor rastro de una pisada que podamos seguir, sino únicamente la voz que nos dice: "Sígueme".
Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.
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