“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho”. Lucas 2:20.
¿CUAL era el motivo de su alabanza? Alababan a Dios por lo que habían oído: por las buenas nuevas de gran gozo de que un Salvador les había nacido. Imitémoslos; levantemos nosotros también un canto de acción de gracias por haber oído de Jesús y de su salvación. También alababan a Dios por lo que habían visto. Hay una música más melodiosa: lo que hemos experimentado, lo que hemos sentido en nosotros, lo que nos hemos apropiado; “las cosas que hemos hecho tocante al Rey”. No es suficiente oír acerca de Jesús. El mero acto de oír puede afinar el arpa, pero son los dedos de la fe viva los que producen la música. Si has visto a Jesús con la visión de la fe que da Dios, no consientas que las telarañas estén entre las cuerdas del arpa, sino, en alta voz, para alabanza de la soberana gracia, despierta tu salterio y tu arpa. Un motivo por el cual alababan a Dios era la concordancia que había entre lo que habían oído y lo que habían visto. Observa la última sentencia: “Como les había sido dicho”. ¿Has hallado que el Evangelio no ha sido para ti lo que la Biblia dice que debiera haber sido? Jesús dijo que te daría descanso. ¿No has gozado de la más dulce paz en él? El dijo que tendrías gozo, bienestar y vida, creyendo en él. ¿No has recibido todas estas cosas? ¿No son sus sendas, sendas de gozo y sus pasos, pasos de paz? Sin duda, tú puedes decir con la reina de Sheba: "La mitad no me ha sido dicho". "He hallado a Cristo más amable de lo que sus siervos me dijeron que es. Contemplé su parecer mientras lo describían, pero eso era un mero manchón comparado con la realidad, porque el Rey en su hermosura eclipsa toda la belleza imaginable". Sí, lo que hemos visto guarda relación, es decir, excede lo que hemos oído. Glorifiquemos, pues, y alabemos a Dios por un Salvador tan precioso y que tanto satisface.
Charles Haddon Spurgeon.
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