Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: «En el
arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza
está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!» Isaías 30:15.
Muchas personas cometen
un gran error en cuanto a la salvación, confunden el significado del término, y
para ellas la salvación significa ser libradas del infierno. Ahora bien, el
significado correcto de la salvación es la purificación de la maldad. En
realidad, un hombre no tiene muchos deseos de ser salvo si todo lo que quiere es
escapar del castigo que sus ofensas merecen. ¿Acaso ha existido algún asesino
que no deseara librarse de la horca? Cuando un hombre comete un hecho de brutal
violencia, y prepara su espalda para recibir los azotes, puedes estar seguro
que se arrepiente de haber hecho lo que hizo, es decir, se arrepiente porque
tiene que sufrir por ello, pero eso es todo, y es un todo bastante pobre. No
lamenta el daño que causó a su víctima inocente, el haberla perjudicado de por
vida. ¿Cuál es el valor de tal arrepentimiento?
¿Deseas tener un
corazón nuevo? ¿Deseas ser como Dios quisiera que fueras: justo, amoroso,
amable, casto, según el ejemplo del gran Redentor? De ser así, entonces tu
deseo proviene de Dios, pero si todo lo que quieres es morir sin temor a
despertar en el otro mundo en medio de un horrible lugar de tormento, y eso es
todo, no hay nada de gracia en ello, y no te sorprendas si te digo que no sabes
lo que significa la salvación. Busca la salvación como el reino de Dios dentro
de ti, búscala de esa forma y hazlo ahora, y Dios no te la negará.
A través de la Biblia en un año: Jeremías 25-29
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