Su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les ordene».
Juan 2:5.
Si la gracia de Dios te
ha salvado, tu salvación te obliga a hacer lo que Jesús te ordena. ¿Has sido
redimido? Entonces no te perteneces, fuiste comprado por precio. ¿Has sido
adoptado en la familia de Dios? Entonces se deduce que, al ser hijo, debes
obedecer las leyes de la familia. ¿Acaso no es este un aspecto esencial que es
inherente al hecho de ser hijo, el reverenciar al gran Padre de familia? El
Señor se complació en quitar tu pecado y ahora estás perdonado. ¿Pero no
incluye el perdón una transformación? ¿Haríamos bien en volver a nuestros
pecados pasados de los que fuimos limpiados? ¿Debemos regresar a practicar las
iniquidades de las que fuimos lavados por la sangre de nuestro Señor Jesús?
Como le dijo María a
los sirvientes de la boda en Caná de Galilea, así les digo yo a ustedes: «Todo
lo que él les diga, háganlo». ¿Te dice que ores? Entonces ora sin cesar. ¿Te
ordena velar, además de orar? Entonces vigila cada acto, cada palabra y cada
pensamiento. ¿Te ordena amar a tus semejantes? Entonces ámalos con un corazón
puro y ferviente. ¿Te ordena servirlos y humillarte por amor a ellos? Entonces
hazlo y conviértete en el siervo de todos. ¿Te dijo él: «Sean ustedes santos,
porque yo, el Señor, soy santo»? Entonces procura esto mediante su Espíritu
Santo. ¿Te dijo él: «Sé perfecto, así como tu Padre en los cielos es perfecto»?
Entonces esfuérzate por alcanzar la perfección, porque aquel que te hizo
completo tiene el derecho de dirigir tu camino y, a su vez, encontrarás tu
felicidad y tu seguridad al someterte a sus mandamientos.
A través de la Biblia en un año: Apocalipsis 17-19
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