Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy
yo. No tengan miedo». Marcos 6:50.
Jesús dijo estas
palabras a los hombres atemorizados por la tempestad, y necesitamos recordarlas
cuando nos sentimos deprimidos por los acontecimientos de estos tiempos
convulsos. En épocas de depresión económica, abundantes enfermedades, terribles
guerras y desastres públicos, es un bálsamo para nuestro espíritu el saber que
Jesús todavía es el mismo. Puede que el pecado abunde cada vez más, que la luz
del evangelio esté debilitada y que el príncipe de las tinieblas extienda su
soberanía destructora, sin embargo, esta verdad permanece firme, Jesús todavía
dice: «Yo soy». En algunas épocas la influencia diabólica parece enorme, es
como si las riendas de las naciones estuvieran en las manos del Gran
Gobernante, pero no es así. Observa a través de la oscuridad y verás a tu Señor
en medio del huracán, caminando sobre las aguas de la política, liderando los conflictos
entre las naciones, gobernando, ordenando, arreglándolo todo, haciendo incluso
que la ira de Dios lo alabe, y restringiéndola de acuerdo a su sabiduría. Más
allá del rugido de la tormenta, escucho su voz decir: «Soy yo». Cuando los
corazones de los hombres se hunden en el temor y sienten que se esfuerzan en
vano sus remos al punto de quebrarlos, escucho aquella palabra que es el alma
misma de la música: «Soy yo. No tengan miedo. Yo dirijo todas las cosas. Vengo
a rescatar la barca, mi iglesia; ella flotará una vez más en aguas mansas y
alcanzará el puerto deseado».
A través de la Biblia en un año: Apocalipsis 11-13
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