¿A qué se parece el reino de Dios? –continuó Jesús- ¿Con qué voy
a compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su
huerto. Creció hasta convertirse en un árbol, y las aves anidaron en sus ramas.
Lucas 13:18-19.
Algunos cristianos no
tienen huerto, ninguna esfera de servicio personal. Pertenecen al clan de los
cristianos y anhelan ver que todo el grupo salga y cultive al mundo pero no se
involucran de manera personal. Es encantador entrar en calor con los discursos
misioneros y sentir fervor por la salvación de todas las naciones, pero después
de todo, el resultado neto de un ímpetu teórico general por el mundo entero, no
equivale a mucho.
El deber de todo
creyente en Cristo es tener un huerto que embellecer y labrar, al igual que lo
fue para Adán, el primer hombre. En las Escuelas Dominicales hay millones de
niños: ¡gracias a Dios por eso! Pero, ¿tienes una clase para ti? ¡Toda la
iglesia tiene que entrar en acción por Cristo! ¡Una teoría gloriosa! ¿Estás tú
ocupado por tu Señor? Será un momento maravilloso cuando cada creyente tenga su
porción y la esté sembrando con la semilla de la verdad. El lugar desierto y
solitario florecerá como la rosa cuando cada cristiano cultive su propia
parcela de rosas. Enseña a tus hijos, habla a tus vecinos, busca la conversión
de aquellos a quienes Dios te ha encargado de manera especial.
A través de la Biblia en un año:
Marcos 13-14
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