Pase lo que pase, compórtense de una manera digna del evangelio
de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o que, estando ausente, sólo
tenga noticias de ustedes, sabré que siguen firmes en un mismo propósito,
luchando unánimes por la fe del evangelio y sin temor alguno a sus adversarios.
Filipenses 1:27-28.
Dios sabe lo que es la
piedad, porque él la ha creado, la sostiene, ha prometido perfeccionarla y se
deleita en ella. Con tal de que Dios te entienda, ¿qué importa si tus
semejantes te comprenden o no? Si él conoce esa oración secreta que tú tienes,
no busques que otros la conozcan. Si tu motivo concienzudo se discierne en el
cielo, que no te importe aunque sea denunciado en la tierra. Si tus propósitos,
los grandes principios que te bambolean, son aquellos que te atreves a confesar
en el gran día del juicio, no necesitas detenerte a confesarlos delante de una
generación chancera y burlona. Sé piadoso y no temas, si te malentienden,
recuerda que si tu carácter queda enterrado como muerto entre los hombres,
habrá «una resurrección de reputaciones» así como de los cuerpos. «Entonces los
justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que
oiga» (Mateo 13:43).
A través de la Biblia en un año: Éxodo
33-36
1 comentario:
Amen
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