“Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado”. Salmo 34:20.
Esta promesa por su
contexto se refiere al justo muy afligido: “Muchos son los males del justo; mas
de todos ellos lo librará Jehová”. Podrá sufrir heridas, pero no le pasará gran
daño, “ni uno de sus huesos será quebrantado”.
Esto es gran consuelo
para el hijo de Dios en la prueba y un consuelo que yo puedo aceptar; porque
hasta ahora no he sufrido ningún perjuicio por mis muchas aflicciones. No he
perdido ni fe, ni esperanza, ni amor. No; en vez de perder estos huesos de
carácter, he ganado fuerza y energía. Tengo más conocimiento, más experiencia,
más paciencia y más estabilidad de lo que tenía antes que vinieran las pruebas.
Ni aun mi gozo ha sido destruido. La enfermedad, el luto, el abatimiento, la
calumnia y la contradicción me han causado muchas contusiones; pero la
contusión ha sanado y no ha habido una fractura doble de hueso ni una fractura
sencilla. La razón no está lejos de buscar. Si confiamos en el Señor, Él guarda
todos nuestros huesos; y si Él los guarda, podemos estar seguros que ni uno de
ellos será quebrantado.
Corazón mío, no te
entristezcas. Estás resentido, pero los huesos no son quebrantados. Sufre
trabajos y desafía el temor.
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