“El que camina en integridad anda confiado”. Proverbios 10:9.
Su andar puede ser lento,
pero será seguro. El que se apresura a ser rico no será inocente ni seguro;
pero una firme perseverancia en la integridad, si no trae riquezas, ciertamente
traerá paz. Cuando hacemos lo justo y lo recto somos como uno que anda sobre
una peña, porque tenemos la confianza de que cada paso que damos es sobre
terreno sólido y seguro. De otro lado, el mayor éxito ganado por sospechosos
negocios, siempre será falso y traidor, y el hombre que lo ha ganado siempre
temerá que el día de la cuenta venga y entonces sus ganancias le condenarán.
Apeguémonos a la verdad y
a la justicia. Por la gracia de Dios imitemos a nuestro Señor y Maestro, en
cuya boca no hubo engaño jamás. No tengamos miedo de la pobreza, ni de ser
tratados con desdén. Nunca, por ningún concepto, hagamos lo que nuestra
conciencia no puede justificar. Si perdemos nuestra paz, perdemos más de lo que
una fortuna puede comprar. Si nos guardamos en el camino del Señor, y nunca
pecamos en contra de nuestra conciencia, nuestro camino es seguro contra todo
lo que venga. “¿Quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?”
Tal vez seremos llamados necios por los necios si somos constantes en nuestra
integridad; pero en el lugar en donde se pronuncia un juicio infalible, seremos
aprobados.
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