Versículo para hoy:

viernes, 21 de septiembre de 2018

SEPTIEMBRE 21

“Sabiendo que la tribulación produce paciencia”. Romanos 5:3.

Esta es una promesa en esencia si no en forma. La paciencia nos es necesaria, y aquí vemos la manera de alcanzarla. Solamente por el sufrimiento aprendemos a sufrir, así como nadando se aprende a nadar. No podíamos aprender este arte en tierra firme, ni aprender la paciencia sin la tribulación. ¿No vale la pena sufrir la tribulación para ganar esa hermosa serenidad de ánimo que tranquilamente se somete a toda la voluntad de Dios?

Sin embargo, nuestro versículo demuestra una verdad singular, que no es según la naturaleza, sino sobrenatural. La tribulación en sí produce petulancia, incredulidad y rebelión. Es solamente por la alquimia sagrada de la gracia por la que se produce en nosotros la paciencia. No trillamos el trigo para asentar el polvo; pero en la era de Dios el trillo de la tribulación así lo hace. No lanzamos a un hombre de uno y de otro lado para hacerle descansar, sin embargo, el Señor obra así con sus hijos. En verdad esto no es el modo de obrar de los hombres, pero redunda grandemente en gloria de nuestro todo sabio Dios.

¡Oh si tuviese gracia para que mis tribulaciones me bendijesen! ¿Por qué quisiera yo detener su operación benigna? Señor, te pido que quites mi aflicción, pero te ruego diez veces más que quites mi impaciencia. Precioso Señor Jesús, graba con tu cruz la imagen de tu paciencia en mi corazón.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

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