“Mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra
que por el evangelio os ha sido anunciada”. 1 Pedro 1:25.
Toda enseñanza humana, y
en verdad todos los seres humanos, pasarán como la hierba del campo; pero aquí
se nos asegura que la Palabra del Señor es de un carácter muy diferente, porque
permanecerá para siempre.
He aquí un evangelio
divino; porque ¿qué palabra puede permanecer para siempre si no fuera
hablada por el eterno Dios?
He aquí un evangelio
inmortal, tan lleno de vida como cuando primero salió de la boca de
Dios; tan potente para convencer y convertir, para regenerar y consolar, para
sostener y santificar, como lo fue en sus primeros días de obrar maravillas.
He aquí un evangelio
inmutable, que hoy no es hierba verde, y mañana heno seco, sino siempre
la verdad permanente del inmutable Jehová. Las opiniones cambian, pero la
verdad certificada de Dios no puede cambiar más que el Dios que la pronunció.
He aquí entonces un evangelio
en el cual podemos regocijarnos, una palabra del Señor sobre la cual
podemos apoyarnos con todo nuestro peso. “Perpetuamente”, incluye la vida, la
muerte, el juicio y la eternidad. Gloria a Dios en Cristo Jesús por su
consolación eterna. Aliméntate de la palabra hoy y todos los días de tu vida.
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