Versículo para hoy:

lunes, 6 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)


(b) Y más que esto, rechazó los placeres.

Sin duda que tenía a sus pies todo tipo de placeres, si los hubiera querido (placeres sensuales, placeres intelectuales, placeres sociales). Egipto era un país de artistas, una residencia de hombres eruditos, un lugar para todo el que tenía alguna habilidad o conocimiento científico de cualquier clase. No había nada que pudiera alimentar "los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida" que alguien, en el lugar de Moisés, no hubiera podido hacer suyos (1 Jn. 2:16).

Pensemos también en lo grande que era esta tentación.

Recordemos que los placeres para los que viven millones de personas difieren, quizá, en su concepto de lo que constituye el verdadero placer, pero todos coinciden en tratar de obtenerlo por sobre todas las cosas. El placer y la diversión de los días festivos es lo más grande que anticipa el niño que va a la escuela. El placer y la satisfacción de independizarse es la meta en que fija su mente el joven. El placer y el descanso al jubilarse con una fortuna es el blanco al que apunta el hombre de negocios. El placer y confort corporal en su propio hogar es la suma de los deseos del hombre pobre. El placer y las constantes emociones en la política, en las diversiones, en las compañías, en los libros, constituyen la meta por la cual se desvela el hombre rico. El placer es como una sombra que busca atrapar a todos por igual, tanto encumbrados como relegados, ricos y pobres, ancianos y jóvenes, unos como otros, cada uno, quizá, pretendiendo despreciar a su prójimo en aras de cazar esa sombra. Cada uno preguntándose cómo obtener el placer para él mismo, cada uno preguntándose secretamente por qué no lo encuentra, pero cada uno, firmemente convencido de que en alguna parte lo encontrará. Esta era la copa que Moisés tenía ante sus labios. Podía haber bebido de los placeres terrenales todo lo que hubiera querido, pero no quiso saber nada de ellos. Les dio la espalda. Los rechazó. ¡Renunció a ellos!

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