Versículo para hoy:

lunes, 20 de enero de 2025

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)


(b) Lo segundo que digo es esto, nada, excepto la fe, puede hacer posible que escoja a Dios antes que el mundo.

Ninguna otra cosa puede hacerlo. No lo puede hacer el conocimiento, tampoco alguna emoción, ni el cumplimiento regular de prácticas externas, ni los buenos amigos. Todo esto ayuda algo, pero el fruto que producen no tiene el poder de continuar; no dura. La religión que surge de estas fuentes sólo durará mientras no haya "la tribulación de la persecución debido a la Palabra", pero en cuanto la hay, se seca. Es un reloj sin la cuerda principal, su carátula se ve muy hermosa, uno puede hacer girar sus manecillas con la mano, pero sin la cuerda no funcionará. La religión que perdurará, tendrá que contar con un fundamento vivo y no hay otro sino la fe.

Tiene que haber una creencia profunda de que las promesas de Dios son seguras y que se puede depender de ellas; una creencia real de que todo lo que Dios dice en la Biblia es cierto y que toda doctrina contraria a esto es falsa, no importa lo que alguien diga. Tiene que haber una creencia real de que las palabras de Dios han de ser recibidas, no importa lo difícil y desagradable que sea para la carne y la sangre, y que su camino es el correcto  todos los demás están equivocados. Tiene que haber esto, de lo contrario, nunca dejará el mundo, tomará su cruz, seguirá a Cristo ni será salvo.

Usted debe aprender a confiar en las promesas, más que en los bienes terrenales, en las cosas invisibles más que en las visibles, en las cosas celestiales fuera de la vista, más que en las cosas en la tierra delante de sus ojos; alabar al Dios invisible más que alabar al hombre visible. Entonces, y solo entonces, preferirá escoger a Dios y no al mundo, siguiendo el ejemplo de Moisés.

Ahora pregunto a cada lector, ¿tiene usted fe? Si la tiene, le será posible rechazar algo que parezca bueno y escoger algo que parezca malo. No le dará ninguna importancia a las pérdidas de hoy, con la esperanza de las ganancias de mañana. Seguirá a Cristo en la oscuridad y permanecerá a su lado hasta lo último. Si no tiene fe, le advierto, nunca librará una buena batalla ni "correrá para obtener" su corona. Muy pronto se desanimará y se volverá al mundo.

Sobre todo esto, tiene que haber una fe permanente y real en el Señor Jesucristo. La vida en la carne tiene que vivirse por fe en el Hijo de Dios. Depender de Jesús, confiar en Jesús, valernos de Jesús y usarlo como el maná de nuestra alma constantemente, tiene que ser un hábito establecido. Tiene usted que esforzarse por poder decir: "Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia". "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 1:21; 4:13).

Esta era la fe por la cual los santos de antaño obtuvieron éxito. Esta fue el arma con la cual vencieron al mundo. Esto les hizo ser lo que fueron. Esta fue la fe que hizo que...

                - Noé construyera su arca mientras el mundo se burlaba,
                - Abraham le diera la mejor tierra a Lot y morara pacíficamente en sus tiendas,
                - Rut se aferrara a Noemí y dejara a su pueblo y a sus dioses,
                - Daniel siguiera orando, aunque sabía que el foso de los leones estaba preparado,
                - los tres jóvenes se negaran a adorar a los ídolos, aunque sabían que los esperaba un horno                      ardiente y que
                - Moisés renunciara a Egipto, sin temor a la ira de faraón.

Todos estos actuaron como lo hicieron porque creían. Veían las dificultades y los problemas de este camino. Pero también veían a Jesús por fe venciéndolos a todos y seguían adelante. Bien pudo hablar el apóstol Pedro de la como "igualmente preciosa" (2 P. 1:1).

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