EL CUIDADO ESPECIAL DE DIOS PARA SU PUEBLO
CAPITULO 1 - parte 3
Si todas estas
cosas son meros accidentes ¿Cómo es que concuerdan tan exactamente con las
Escrituras en todos los detalles?
¿Suspende Dios
milagrosamente el poder de las causas naturales? Esto no es ningún accidente,
sino que es conforme a la Palabra: “Cuando pases por las aguas, yo estaré
contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te
quemarás, ni la llama arderá en tú.” (Isa.43:2) ¿Obran las causas naturales
para el beneficio del pueblo de Dios? Esto está de acuerdo con la Escritura: “Todo
es vuestro... y vosotros de Cristo.” (1 Cor.3:21-23)
Cuando la
providencia guarda a los hombres buenos de caer en el mal, o detiene a los
malos de hacer el mal, la verdad y la certeza de las siguientes escrituras
quedan verdaderamente manifiestas: “el hombre no es el señor de su camino,
ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.” (Jer.10:23) “El
corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos.” (Prov.16:9)
Cuando las cosas
malas que los hombres han hecho, se vuelven en su contra, entonces se
manifiesta la verdad del Salmo 9:16 “En la obra de sus manos fue enlazado el
malo.” Ciro, cabeza del imperio persa, dejó libre al pueblo de Dios porque
la Escritura decía que debía hacerlo, aunque fue en contra de sus propios
intereses (Isa.45:13). Toda la gente en el mundo siempre cumple los propósitos
de Dios, aún cuando no quieran hacerlo.
Si todas estas
cosas suceden por casualidad, ¿Cómo es que ocurren exactamente en el tiempo
oportuno?
El Antiguo Testamento está lleno de ejemplos de tales sucesos. A Agar le fue dicho del pozo de agua cuando pensaba que su hijo Ismael iba a morir de sed. (Gen.21:16 y 19) El ángel llamó a Abraham y le mostró un carnero para el holocausto justamente cuando estaba a punto de matar a su hijo Isaac. (Gen.22:10-14) Al rey Saúl le fue dicho: “los filisteos han hecho una invasión al país” justamente cuando estaba a punto de prender a David y matarlo. (1 Sam.23:27)
Noticias de un ataque de
otra dirección provocaron al ejército asirio su retiro de Jerusalén, justamente
cuando se aprestaban a avanzar contra la ciudad. (Isa.37:7-8) Cuando el complot
de Amán contra los judíos estaba listo para ponerse en acción, “aquella noche
se le fue el sueño al rey.” (Est.6:1) Muchas cosas similares que ocurrieron al
pueblo de Dios en años posteriores, pudieran ser citadas como más evidencias,
de la manera muy exacta en que la providencia obró a favor de ellos.
Si estas cosas son
meramente accidentales, entonces ¿Cómo es que suceden en relación con las
oraciones de los creyentes quienes saben que han recibido respuestas muy claras
a las peticiones particulares que han hecho? (1 Jn.5:15)
El siervo de
Abraham oró por encontrar una esposa para Isaac. Su oración fue contestada
exactamente en conformidad con las palabras que él usó. (Gen.24:14 y 46) Los
hijos de Israel clamaron al Señor cuando faraón y los egipcios los perseguían,
y el mar Rojo se dividió enfrente de ellos. (Ex. 14:10) El rey Asa se enfrentó
con un numeroso ejército mucho más grande que el suyo y clamó al Señor su Dios.
Él dijo: “Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al
poderoso o al que no tiene fuerzas. Ayúdanos, Oh Jehová Dios nuestro, porque en
ti nos apoyamos y en tu nombre venimos contra este ejército.” (2
Crón.14:11) Cuando Pedro fue encarcelado, la Iglesia oró de día y de noche por
él. Vea cómo sus oraciones fueron contestadas en Hechos 12:1-12.
¿Quién puede decir que las providencias de Dios no enseñan que Él es un Dios que escucha y contesta las oraciones? “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él.” (2 Crón.16:9).
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