"Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré" Juan 14:13
¿Estoy cumpliendo este ministerio en el interior de mi ser? En la intercesión no existe la tentación ni el
peligro de volvernos necios o engreídos, pues se trata de un ministerio oculto, el cual produce fruto que
glorifica al Padre. ¿Estoy permitiendo que mi vida espiritual se desperdicie, o la estoy dirigiendo toda
hacia un punto central: la expiación de mi Señor? ¿Está Jesucristo dominando cada vez más todos los
intereses de mi vida? Si el único centro, o la influencia más poderosa de mi vida, es la expiación del
Señor, entonces cada aspecto de mi existencia llevará fruto para Él.
Sin embargo, debo tomar tiempo para comprender cuál es este punto central de poder. ¿Estoy dispuesto a
dedicar un minuto de los 60 de cada hora para concentrarme en esto? Si permanecéis en mi, es decir, si
continúas actuando, pensando y trabajando a partir de ese punto central, "pedid todo lo que queráis y os
será hecho", Juan 15:7. ¿Estoy permaneciendo en Él? ¿Estoy tomando tiempo para permanecer en Él?
¿Cuál es el elemento más grande de poder en mi vida? ¿Es mi trabajo, servicio y sacrificio por otros, o mi
esfuerzo al trabajar para Dios? No debería ser ninguno de los dos. Lo que debería ejercer el mayor poder
en mi vida es la expiación del Señor. Aquello en lo que gastamos la mayor parte del tiempo no es lo que
más nos moldea. El factor más grande es el que ejerce más poder sobre nosotros. Debemos
decidirnos a limitar nuestros deseos e intereses y enfocarlos en la expiación por la cruz de Cristo.
"Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré". La voluntad de Dios es el discípulo que permanece
en Jesús y las que parecen ser elecciones libres en realidad son los decretos de Dios ordenados de
antemano. ¿Misterioso? ¿Es contradictorio y absurdo en términos lógicos? Sí, pero qué gloriosa verdad
para el creyente.
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