Versículo para hoy:

martes, 31 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 25 - Nancy DeMoss de Wolgemuth


JULIO 31

“E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás”. Salmo 50:15.

¡Esta sí que es una promesa! He aquí una ocasión urgente: “el día de la angustia”. En un día tal, es oscuro aun a mediodía, y cada hora parece ser más sombría que la anterior. Entonces viene esta promesa en ocasión oportuna; está escrita para el día nublado y oscuro.

He aquí un consejo condescendiente: “invócame”. No debiéramos necesitar esta exhortación: debiera ser nuestra costumbre todo el día y cada día. ¡Qué misericordia es tener libertad para invocar a Dios! ¡Qué sabiduría mostramos si hacemos buen uso de ella! ¡Cuán insensatos somos si corremos de una parte a otra buscando ayuda de los hombres! El Señor nos invita a presentar nuestro caso delante de Él, y seguramente no vacilaremos en hacerlo.

He aquí un incentivo que asegura: “te libraré”. Sea lo que fuere la angustia, el Señor no hace excepciones, sino que promete una liberación completa, cierta y gozosa. Él mismo efectuará nuestra liberación con su propia mano. Lo creemos, y el Señor honra nuestra fe.

He aquí un resultado final: “tú me honrarás”. ¡Ah! Eso sí que lo haremos abundantemente. Cuando nos haya librado, lo alabaremos altamente; y como es seguro que lo hará, comencemos a glorificarle ahora mismo.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

lunes, 30 de julio de 2018

Renovando Tu Mente | Depravación total: El pecado original




El Padre Nuestro, día 24 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 30

“Otra vez os veré y se gozará vuestro corazón”. Juan 16:22.

Ciertamente Él vendrá por segunda vez, y entonces cuando nos vea, y nosotros le veamos, habrá regocijo en verdad. ¡Oh que sea pronto ese regreso feliz!

Pero esta promesa se está cumpliendo cada día en otro sentido. Nuestro benigno Señor muchas veces dice “otra vez” en sus relaciones con nosotros. Nos dio el perdón y nos ve otra vez y repite la palabra de absolución, cuando nuevos pecados nos causan pena. Él nos ha revelado nuestra aceptación delante de Dios, y cuando nuestra fe en aquella bendición está algo turbada, Él viene una y otra vez y dice: “Paz sea a vosotros”; y nuestros corazones se regocijan.

Amados, todas las misericordias pasadas son indicios de misericordias futuras. Si Jesús ha estado con nosotros, nos verá otra vez. No consideres un favor pasado como una cosa muerta y enterrada, para lamentarla, sino como una simiente sembrada, que crecerá y levantará su cabeza del polvo, y clamará: “Otra vez os veré”. ¿Son los tiempos oscuros porque Jesús no está con nosotros como lo estaba antes? Cobremos ánimo; porque Él no estará fuera mucho tiempo. Sus pies son como los del gamo o del ciervo, y pronto le traerán a nosotros. Por lo tanto, empecemos a gozarnos, ya que Él nos dice aún ahora: “Otra vez os veré”.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

domingo, 29 de julio de 2018

JULIO 29

“Ha echado fuera tus enemigos”. Sofonías 3:15.

¡Eso sí que fue una cosa notable! Satán ha perdido su trono en nuestra naturaleza, tal como perdió su asiento en el cielo. Nuestro Señor Jesús ha destruido el poder reinante del enemigo sobre nosotros. Puede molestarnos, pero no nos puede reclamar como suyos. Nuestros espíritus ya no están atados; el Hijo nos ha libertado y somos verdaderamente libres. 

Todavía el archienemigo es el acusador de los hermanos; pero nuestro Señor le ha echado aun de esta posición. Nuestro abogado hace callar a nuestro acusador. El Señor reprende a nuestros enemigos, y aboga las causas de nuestra alma, para que no sufra ningún daño por las injurias del diablo.

Como un tentador, el espíritu malo aun nos acomete, y se introduce en nuestras mentes; pero de allí también está echado fuera, en cuanto a su preeminencia pasada. Se tuerce como una serpiente, pero no puede gobernar como un soberano. Introduce pensamientos blasfemos cuando tiene oportunidad; pero ¡qué alivio experimentamos cuando se le manda callar y tiene que retirarse como un perro azotado! Señor, haz esto para cualquiera que en este tiempo esté molesto y cansado de sus ladridos. Echa fuera su enemigo y sé Tú glorioso en sus ojos. Tú lo has echado abajo, Señor, échalo fuera. ¡Oh, que lo destierres del mundo!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

sábado, 28 de julio de 2018

JULIO 28

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os ensalce cuando fuere tiempo”. 1 Pedro 5:6.

Esto equivale a una promesa; si nos humillamos, el Señor nos levantará. La humildad conduce a la honra; la sumisión es el camino al ensalzamiento. La misma mano de Dios que nos está oprimiendo, espera para levantarnos cuando estemos preparados para la bendición. Nos humillamos para vencer. Muchos lisonjean a los hombres, pero sin embargo no obtienen el amparo que desean; pero el que se humilla bajo la poderosa mano de Dios no dejará de ser enriquecido, levantado, sostenido y consolado por Él, que es siempre benigno. Jehová tiene por costumbre abatir a los orgullosos y levantar a los humildes.

Sin embargo, hay un tiempo cuando el Señor obra. Debíamos humillarnos ahora, aun en este mismo momento; y somos obligados a seguir haciéndolo, ponga el Señor su mano en aflicción sobre nosotros o no. Cuando el Señor hiere, es nuestro deber especial aceptar el castigo con profunda sumisión. Pero en cuanto a nuestro ensalzamiento por el Señor, eso solamente puede venir “cuando fuere tiempo”, y Dios es el mejor juez de ese día y hora. ¿Estamos llorando impacientemente por la bendición? ¿Desearíamos la honra antes de tiempo? ¿Qué es lo que buscamos? Seguramente no somos humildes en verdad, porque si lo fuéramos esperaríamos con tranquila sumisión. Que así lo hagamos.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

viernes, 27 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 23 - Nancy DeMoss de Wolgemuth


JULIO 27

“Os daré las misericordias fieles de David”. Hechos 13:34.

Nada del hombre es cierto; pero todo lo de Dios lo es. Especialmente son fieles las misericordias del pacto, como David dijo: “Él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado”.

Estamos ciertos que el Señor quiso decir que nos daría misericordia. No habló meras palabras; hay realidad y verdad en cada una de sus promesas. Sus misericordias son en verdad misericordias. Aunque parezca que una promesa tenga que faltar a causa de la muerte, sin embargo nunca será así, porque el buen Señor cumplirá su palabra.

Estamos ciertos que el Señor dará las misericordias prometidas a todos sus hijos del pacto. Se cumplirán a su tiempo para todos los escogidos del Señor. Son “firmes a toda simiente” desde la más pequeña hasta la más grande de ellas.

Estamos ciertos que el Señor perpetuará sus misericordias a su propio pueblo. Él no da para después quitar. Lo que Él concede es una señal de mucho más. Lo que aún no hemos recibido es tan cierto como lo que ya ha venido; así que esperemos delante del Señor y reposemos. No hay razón justificada para la menor duda. El amor, la palabra y la fidelidad de Dios son ciertas. Muchas cosas son dudosas, pero del Señor cantamos: “Para siempre es su misericordia”. Siempre fiel y siempre cierta.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

jueves, 26 de julio de 2018

¿A mi manera? - Mayra Beltrán de Ortiz



El Padre Nuestro, día 22 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 26

“Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Marido mío, y nunca más me llamarás Baali. Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mentados por sus nombres”. Oseas 2:16-17.

Ese día ha llegado. Vemos a nuestro Dios no más como Baal, nuestro señor tirano y poderoso, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Ahora pensamos en Jehová nuestro Dios como nuestro Marido Amado, nuestro Señor es amor, nuestro pariente cercano en los lazos del parentesco sagrado. No le reverenciamos menos, pero le amamos más. No le servimos con menos obediencia, pero le servimos por una razón más alta y más atractiva. No temblamos más bajo su látigo, sino que nos regocijamos en su amor. El esclavo se ha cambiado en hijo, y la tarea es un placer.

¿Es así contigo, querido lector? ¿Ha echado fuera la gracia al temor servil e inculcado el amor filial? ¡Qué contentos estamos con tal experiencia! Ahora tenemos el domingo como una delicia y la adoración nunca es un cansancio. La oración ahora es un privilegio, y la alabanza un día de fiesta. El obedecer es el cielo y dar a la obra de Dios es un banquete. Así todas las cosas son hechas nuevas. Nuestra boca se hinche de risa y nuestro corazón de música. Bendito sea nuestro Marido divino para siempre jamás.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

miércoles, 25 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 21 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 25

“Y tú irás al fin, y reposarás, y te levantarás en tu suerte al fin de los días”. Daniel 12:13.

No podemos comprender todas las profecías, pero podemos mirarlas con placer y no con espanto. No puede haber nada en el decreto del Padre que debiera justamente inquietar a un hijo suyo. Aunque la abominación del asolamiento se levantara, con todo el creyente verdadero no será contaminado; más bien será purificado, y emblanquecido, y probado. Aunque la tierra sea quemada, ningún olor de fuego pasará por los escogidos. Entre el derrumbamiento de la materia y la ruina de mundos, el Señor Jehová guardará a los suyos.

Tranquilamente resueltos a cumplir el deber, valientes en conflicto, sufridos en el dolor, sigamos nuestra marcha guardando nuestro camino, sin desviarnos ni tardarnos. El fin vendrá; sigamos nuestro camino hasta que venga.

El reposo será nuestro. Todas las demás cosas oscilan y se estremecen, pero nuestro fundamento está firme. Dios reposa en su amor, y por lo tanto nosotros reposamos en Él. Nuestra paz es, y siempre será, como un río. Una suerte en la Canaán celestial es nuestra, y venga lo que viniere, allí nos levantaremos. El Dios de Daniel dará una porción digna a todos los que se atreven a ser decididos en favor de la verdad y la santidad como lo fue Daniel. Ningún foso de leones nos privará de nuestra herencia segura.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

martes, 24 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 20 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 24

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas”. Apocalipsis 3:5.

¡Soldado de la cruz, sigue luchando! Nunca descanses hasta que la victoria sea completa, porque tu galardón eterno resultará digno de una vida militar.

¡Mira, aquí hay perfecta pureza para ti! Unos pocos en Sardis no habían ensuciado sus vestiduras, y su recompensa es que serán sin mancha. Perfecta santidad es el premio de la soberana vocación; no lo perdamos.

¡Mira, aquí hay gozo! Llevarás vestidos de gala, como los que llevan los hombres en las fiestas de boda; serás vestido de alegría y resplandecerás con regocijo. Esfuerzos penosos terminarán en paz de conciencia y gozo en el Señor.

¡Mira, aquí hay victoria! Tendrás tu triunfo. Palma, corona y vestido blanco serán tu galardón; serás tratado como vencedor, y reconocido como tal por el mismo Señor.

¡Mira, aquí hay vestimentas sacerdotales! Estarás delante del Señor con vestimentas como las que llevaban los hijos de Aarón; ofrecerás los sacrificios de acción de gracias y te allegarás al Señor con el incienso de alabanza.

¿Quién no pelearía por un Señor que da honores tan grandes al más pequeño de sus siervos fieles? ¿Quién no llevaría un traje de bufón por amor de Cristo, puesto que Él nos vestirá con gloria?

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

lunes, 23 de julio de 2018

Renovando Tu Mente | Las maldiciones del pacto




El Padre Nuestro, día 19 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 23

“Y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades”. Hebreos 10:17.

En cumplimiento de su pacto benigno, el Señor trata a su pueblo como si nunca hubiese pecado. Prácticamente, Él se olvida de sus delitos. Él trata los pecados de todas clases como si nunca hubieran existido; como si estuviesen del todo borrados de su memoria. ¡Oh, qué milagro de gracia! Dios aquí hace lo que en cierto sentido le es imposible hacer. Su misericordia obra milagros que exceden en mucho todos los demás milagros.

Nuestro Dios ignora nuestros pecados, ya que el sacrificio de Jesús ha ratificado el pacto. Podemos regocijarnos en Él sin el temor de que se enojará con nosotros a causa de nuestras iniquidades. ¡Mirad! Él nos pone entre sus hijos; nos acepta como justos; toma contentamiento en nosotros como si fuésemos perfectamente sanos. Aun nos pone en lugares de confianza; nos hace guardianes de su honra, de sus joyas reales y del evangelio. Nos tiene por dignos y nos da un ministerio; esta es la prueba más alta y especial de que Él no se acuerda de nuestros pecados. Aun cuando perdonamos a un enemigo, somos muy tardos para confiar en él; juzgamos que sería imprudente. Pero el Señor se olvida de nuestros pecados y nos trata como si nunca hubiésemos errado. ¡Oh, alma mía, qué promesa es esta! ¡Créela y alégrate!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

domingo, 22 de julio de 2018

JULIO 22

“Y te desposaré conmigo para siempre; desposarte he conmigo en justicia, y juicio, y misericordia, y miseraciones. Y te desposaré conmigo en fe, y conocerás a Jehová”. Oseas 2:19-20.

¡Desposados con el Señor! ¡Qué honra y qué gozo! Alma mía, ¿es Jesús de veras tuyo por su propio desposorio condescendiente? Entonces, observa, es para siempre. Él nunca romperá su promesa, mucho menos obtendrá un divorcio en contra de un alma que se ha juntado con Él en lazos conyugales.

El Señor dice tres veces “te desposaré”. ¡Cómo multiplica las palabras para anunciar el desposorio! La justicia entra para hacer el pacto legal; nadie puede prohibir estas amonestaciones lícitas. El juicio ratifica la alianza con su decreto: nadie ve locura ni error en la alianza. La misericordia garantiza que esta es una unión de amor, porque sin amor el casamiento es esclavitud, en vez de bendición. Entretanto, la misericordia sonríe, y aun canta; sí, se multiplica en “miseraciones”, a causa de la gracia abundante en esta unión santa.

La fidelidad es el escribano, y registra el casamiento, y el Espíritu Santo dice: “Amén”, mientras que promete enseñar al corazón desposado todo el conocimiento necesario para su alto destino. ¡Qué promesa!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

sábado, 21 de julio de 2018

Nuestro rol como esposas - Pilar Herrera



JULIO 21

“Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan a justicia la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Daniel 12:3.

Aquí hay algo para despertarme. Vale la pena vivir para esto. El ser entendido es en sí una cosa noble; en este lugar se refiere a la sabiduría divina que sólo el Señor puede dar. ¡Oh, que me conozca a mí mismo, a mi Dios y a mi Salvador! Ojalá sea yo tan divinamente instruido que pueda poner en práctica la verdad celestial y vivir en su luz. ¿Vivo yo una vida prudente? ¿Estoy buscando lo que debo buscar? ¿Estoy viviendo como desearía haber vivido cuando llegue a morir? Solamente tal entendimiento me asegurará la eterna brillantez como la de ese firmamento resplandeciente.

Es un conocimiento glorioso saber ganar almas. Es necesario que yo sea entendido si voy a enseñar la justicia aun a uno; mucho más si la enseño a la multitud. ¡Oh, que tuviera yo un conocimiento tal de Dios, de los hombres, de la Palabra y de Cristo, que me capacitara para convertir a mis semejantes, y convertir a gran número de ellos! A esto quisiera entregarme, y nunca descansar hasta efectuarlo. Esto sería de más valor que las insignias que podía ganar en la corte. Esto me hará una estrella, una estrella resplandeciente para siempre jamás; y aún más, me hará resplandecer más que muchas estrellas. ¡Alma mía, despiértate! ¡Señor, vivifícame!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

viernes, 20 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 18 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 20

“Y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud”. Hebreos 9:28.


Esta es nuestra esperanza. Aquel a quien ya hemos mirado, como viniendo una vez para agotar los pecados de muchos, se manifestará otra vez a los hijos de los hombres; esta es una perspectiva dichosa en sí misma. Pero este segundo advenimiento tiene ciertas señales especiales que lo glorifican grandemente.

Nuestro Señor habrá terminado el asunto del pecado. De tal manera lo ha quitado de su pueblo, y tan eficazmente ha llevado su paga, que no tendrá nada que ver con él en su segundo advenimiento. No presentará ninguna ofrenda para el pecado, porque habrá quitado del todo el pecado.

Nuestro Señor entonces consumará la salvación de su pueblo. Serán finalmente y perfectamente salvos y gozarán en todos los sentidos la plenitud de esa salvación. No viene a llevar la paga de nuestras transgresiones, sino a traer el resultado de su obediencia; no viene a quitar nuestra condenación, sino a perfeccionar nuestra salvación.

Nuestro Señor aparece así solamente a los que le esperan. No será visto en este carácter por hombres cuyos ojos son cegados con el egoísmo y el pecado. Para ellos será un juez terrible, y nada más. Primeramente tenemos que mirarle, y después esperarle; y en ambos casos, nuestra mirada será para vida.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

jueves, 19 de julio de 2018

Una teología correcta sobre el temor (Y por qué la necesitas) - Erin Davis



El Padre Nuestro, día 17 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 19

“Hierro y metal tu calzado, y como tus días tu fortaleza”. Deuteronomio 33:25.

Aquí tenemos dos cosas que son dadas al peregrino: calzado y fortaleza.

En cuanto al calzado, esto es muy necesario cuando viajamos por caminos malos y cuando pisamos enemigos mortales. No andaremos descalzos; esto no convendría a príncipes de sangre real. Nuestros zapatos no serán de una clase ordinaria, porque tendrán suelas de metal duradero, que no se gastarán aun cuando el viaje sea largo y difícil. Tendremos la protección en proporción con las exigencias del camino y de la batalla. Por lo tanto, sigamos intrépidamente no temiendo ningún mal, aunque pisemos serpientes o pongamos nuestro pie sobre el mismo dragón.

En cuanto a la fortaleza, continuará mientras continúen nuestros días, y estará en proporción con el trabajo y la carga de esos días. Son pocas las palabras: “como tus días tu fortaleza”; pero el sentido es completo. En este día podemos esperar prueba y trabajo que requerirá energía, pero podemos con igual confianza esperar que tendremos la fortaleza adecuada. Esta palabra dada a Aser también nos es dada a nosotros, que tenemos fe para apropiárnosla. Elevémonos a la santa osadía que esa promesa está llamada a producir en el corazón creyente.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

miércoles, 18 de julio de 2018

Desanimada y sin esperanza - Gaby Galeano



El Padre Nuestro, día 16 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 18

“Yo la induciré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón”. Oseas 2:14.

La benignidad de Dios nos ve atraídos por el pecado y se decide a poner a prueba en nosotros el aún más poderoso atractivo del amor. ¿No nos acordamos de cuando el Amigo de nuestras almas primeramente nos encantó y nos apartó de las fascinaciones del mundo? Esto hará repetidamente siempre que vea la probabilidad de que seamos enredados por el mal.

Él promete llevarnos aparte, porque allí es donde mejor puede tratar con nosotros, y este lugar separado no es un paraíso, sino un desierto, porque en tal lugar no habrá nada para apartar nuestra atención de nuestro Dios. En los desiertos de la aflicción, la presencia del Señor es nuestro todo, y apreciamos su compañía como de mucho más valor de lo que la estimábamos cuando nos sentábamos bajo nuestra vid, y nuestra higuera, en la compañía de nuestros semejantes. La soledad y la aflicción nos vuelven a nosotros mismos y a nuestro Padre celestial más que ningún otro medio.

Cuando así somos inducidos y apartados, el Señor tiene cosas excelentes que decirnos para nuestro consuelo. Él habla a nuestro corazón. ¡Oh, que en este tiempo nosotros experimentemos esta promesa! ¡Inducidos por el amor, separados por la prueba, y consolados por el Espíritu de verdad, que conozcamos al Señor y que cantemos de gozo!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

martes, 17 de julio de 2018

El Padre Nuestro, día 15 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 17

“El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y hará”. Daniel 11:32.

“Jehová, varón de guerra; Jehová es su nombre”. Los que se alistan bajo su bandera tendrán un capitán que les instruirá para el conflicto y les dará tanto vigor como valor. Los tiempos de los cuales escribió Daniel eran de los peores, y entonces fue prometido que el pueblo de Dios saldría a banderas desplegadas; se esforzaría y sería valiente para hacer frente al adversario poderoso.

¡Oh, si conociésemos a nuestro Dios, su poder, su fidelidad, su amor inmutable, y así estaríamos prontos para arriesgarlo todo a su favor! Su carácter es tal que estimula nuestro entusiasmo y nos hace deseosos de vivir y morir por Él. ¡Oh, si conociésemos a nuestro Dios por una comunión íntima con Él!; porque entonces seríamos hechos semejantes a Él, y estaríamos preparados para defender la verdad y la justicia. El que acaba de contemplar el rostro de Dios nunca temerá el rostro del hombre. Si moramos con Él, ganaremos el espíritu heroico y un mundo de enemigos será para nosotros como la gota de un acetre. Una formación innumerable de hombres, o aun de demonios, nos parecerá tan poca cosa como parecen las naciones delante de Dios, y Él las cuenta solamente como langostas. ¡Oh, que seamos valientes para la verdad en este día de mentira!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.