“El que venciere será vestido de vestiduras blancas”. Apocalipsis 3:5.
¡Soldado de la cruz,
sigue luchando! Nunca descanses hasta que la victoria sea completa, porque tu
galardón eterno resultará digno de una vida militar.
¡Mira, aquí hay perfecta
pureza para ti! Unos pocos en Sardis no habían ensuciado sus vestiduras, y su
recompensa es que serán sin mancha. Perfecta santidad es el premio de la
soberana vocación; no lo perdamos.
¡Mira, aquí hay gozo!
Llevarás vestidos de gala, como los que llevan los hombres en las fiestas de
boda; serás vestido de alegría y resplandecerás con regocijo. Esfuerzos penosos
terminarán en paz de conciencia y gozo en el Señor.
¡Mira, aquí hay victoria!
Tendrás tu triunfo. Palma, corona y vestido blanco serán tu galardón; serás
tratado como vencedor, y reconocido como tal por el mismo Señor.
¡Mira, aquí hay
vestimentas sacerdotales! Estarás delante del Señor con vestimentas como las
que llevaban los hijos de Aarón; ofrecerás los sacrificios de acción de gracias
y te allegarás al Señor con el incienso de alabanza.
¿Quién no pelearía por un
Señor que da honores tan grandes al más pequeño de sus siervos fieles? ¿Quién
no llevaría un traje de bufón por amor de Cristo, puesto que Él nos vestirá con
gloria?
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