¿Cuál es mi forma de pensar? ¿Mis pensamientos se dirigen hacia lo que Dios dice o hacia lo que yo temo? ¿Estoy simplemente repitiendo las palabras de Dios, o estoy aprendiendo a hablar después de haberlo escuchado? Él dijo: "No te desampararé ni te dejaré". Así que podemos decir confiadamente: «El Señor es mi ayudador no temeré lo que me pueda hacer el hombre», Hebreos 13:5-6. "No te dejaré". De ninguna manera. Ni por mi pecado, egoísmo, terquedad o rebeldía. ¿En realidad le he permitido a Dios decirme que nunca me dejará? Si en verdad he escuchado esta afirmación del Señor, ¡que la escuche de nuevo!
"Ni te desampararé". A veces no son las dificultades las que me llevan a pensar que Dios me desamparará, sino el trabajo monótono y ordinario. ¿Puedo escuchar esa afirmación de Dios cuando no tengo una dificultad para superar, cuando no se me ha dado una visión, cuando no hay algo maravilloso o hermoso, sino el rutinario transcurrir de los días?
Tenemos la idea de que Dios va a hacer algo excepcional y que nos está preparando y equipando para algo extraordinario en el futuro. Pero al crecer en su gracia descubrimos que se está glorificando aquí y ahora, en este mismo momento. Si nos apoyamos en lo que Él ha declarado, surge entonces la fortaleza más extraordinaria y aprendemos a cantar en los días y situaciones comunes y corrientes.
Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.
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