Quita la escoria de la plata, y de allí saldrá material para el
orfebre. Proverbios 25:4.
Dios visitará las
transgresiones de sus hijos. Él dejará con frecuencia que los pecadores comunes
vayan por la vida sin increpaciones, pero no así con sus hijos. Si fueras hoy a
tu casa y en el camino vieras a varios muchachos lanzando piedras y rompiendo
ventanas, puede que no interfirieras, pero si vieras a tu hijo entre ellos,
estoy seguro de que lo llamarías y harías que se arrepintiera de eso.
Quizás se envíe el
castigo por causa de un pecado que todavía no se ha desarrollado, cierta
propensión latente a hacer el mal. Puede que el dolor tenga la intención de
descubrir el pecado, para que tú lo busques. ¿Tienes idea de cuán malo eres por
naturaleza? Ninguno de nosotros sabe de lo que seríamos capaces si no fuera por
la gracia. ¡Creemos que tenemos un temperamento dulce, una disposición
amigable! ¡Esto lo veremos! Andamos con una compañía irritante, estamos
fastidiados e insultados, y nos tocan con tanta destreza en lugares sensibles
que nos enloquecemos con la ira y nuestro espíritu bueno y amigable se
desvanece como el humo, y esto no sucederá sin dejar atrás las manchas negras.
¿No es algo temible estar tan agitados? Sí, lo es, pero si nuestros corazones
fueran puros, ningún tipo de agitación los contaminaría. Agita el agua pura
tanto tiempo como quieras y no aparecerá ningún fango. El mal es malo cuando se
ve pero es igual de malo cuando no se ve. Sería de gran provecho para un hombre
saber qué pecado hay en él porque entonces se humillará a sí mismo delante de
su Dios y comenzará a luchar contra su propensión. A veces, por tanto, puede
que se nos envíe la prueba para que podamos discernir el pecado que mora en
nosotros y busquemos su destrucción.
A través de la Biblia en un año: 1
Corintios 5-6
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