“Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus
generaciones, por alianza perpetua, para serte a ti por Dios, y a tu simiente
después de ti”. Génesis 17:7.
¡Oh, Señor! Tú has hecho
un pacto conmigo, tu siervo, en Cristo Jesús mi Señor; y ahora te ruego que mis
hijos sean incluidos en sus artículos benignos. Permíteme creer que esta
promesa es hecha a mí lo mismo que a Abraham. Sé que mis hijos nacieron en
pecado, y en maldad han sido formados, como los de otros hombres; así que no
pido nada a causa de su nacimiento, porque bien sé que “lo que es nacido de
carne, carne es”, y nada más. Señor, haz que nazcan bajo tu pacto de gracia por
tu Espíritu Santo.
Oro por mis descendientes
durante todas las generaciones. Sé Tú su Dios, como eres el mío. Mi mayor honra
es que Tú me has permitido servirte; que mis descendientes te sirvan en los
años venideros. ¡Oh Dios de Abraham, sé Tú el Dios de su Isaac! ¡Oh Dios de
Ana, acepta su Samuel!
Señor, si Tú me has
favorecido en mi familia, te pido que te acuerdes de otras familias de tu
pueblo que quedan sin bendición. Sé Tú el Dios de todas las familias de Israel.
Que ninguno de los que temen tu nombre pase por la tristeza de tener una
familia impía y mala, por amor de tu Hijo Jesucristo. Amén.
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