(2) Pero hizo más que esto, escogió la compañía de un pueblo despreciado.
Dejó la sociedad de los grandes y sabios, entre los cuales había sido criado, y se sumó a los hijos de Israel. Había vivido desde su infancia entre jerarquías, riquezas y lujos, pero decidió echar su suerte con los obreros pobres en los hornos de ladrillo: Esclavos, siervos, ilotas2, marginados, oprimidos, destituidos, afligidos y atormentados.
Una vez más: ¡Qué maravillosa fue esta elección!
Hablando en términos generales, nos parece que ya es bastante tener que tolerar nuestras propias aflicciones. Podemos sentir tristeza por aquellos cuya suerte es lastimosa. Quizá hasta podemos tratar de ayudarlos. Podemos donar dinero para mejorar su condición. Podemos hablar con aquellos de quienes dependen; pero solamente llegamos hasta allí.
Pero aquí tenemos a un hombre que hace mucho más. No sólo siente tristeza por los israelitas despreciados, sino que realmente se rebaja a acercarse a ellos, se convierte en parte de la sociedad de ellos y vive entre ellos. Nos preguntamos si algún encumbrado renunciaría a su casa, su fortuna y su posición social para irse a vivir entre los humildes con el solo fin de hacer el bien. No obstante, esto da una idea muy ligera y muy débil del tipo de acción que tomó Moisés. Vio a un pueblo despreciado y escogió la compañía de ellos, prefiriéndola a la de los más nobles del reino. Llegó a ser uno de ellos, su hermano, su compañero en las tribulaciones, su aliado, su camarada y su amigo.
2 Ilotas - Esclavos de los lacedemonios espartanos de la antigüedad, originarios de la ciudad de Helos. Se dice de los desposeídos de los privilegios y derechos de ciudadanos.
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