"Él es la propiciación por nuestros pecados y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo", 1 Juan 2:2
La clave del mensaje misionero es la propiciación de Jesucristo, su sacrificio por nosotros que satisfizo
completamente la ira de Dios. Observa cualquier otro aspecto de la obra de Cristo, como la cura, la
salvación o la santificación y verás que no tiene nada de ilimitado. Pero, ¡el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo!, eso sí es ilimitado. El mensaje misionero se basa en la importancia ilimitada de
Jesucristo como la propiciación por nuestros pecados y un misionero es alguien que está empapado de la
verdad de esa revelación.
La verdadera clave del mensaje misionero es el aspecto "remisorio" de la vida de Cristo; no su
benevolencia ni su bondad y ni siquiera su revelación de la paternidad de Dios. El más grande mensaje y
de ilimitada importancia, es la proclamación de que Él es la propiciación por nuestros pecados. El
mensaje misionero no es nacionalista, no distingue naciones e individuos, porque es para todo el mundo.
Cuando el Espíritu Santo vino a mi vida, no consideró mis prejuicios o predilecciones; sencillamente me
unió al Señor Jesús.
Un misionero es alguien que está comprometido, como en un matrimonio, con la misión y el propósito
dados por su Señor y Maestro. No tiene que proclamar su propio punto de vista, sino al Cordero de Dios.
Pero es más fácil pertenecer a un grupo que simplemente cuenta lo que Jesucristo hizo por mí, o volverse
un devoto de la sanidad divina o de cierto tipo especial de santificación, o del bautismo del Espíritu
Santo. Pablo no dijo: "¡Ay de mí si no anunciara lo que Cristo hizo por mí!", sino: "¡Ay de mí si no
anunciara el evangelio!" 1 Corintios 9:16. El mensaje del Evangelio es: "¡El Cordero de Dios quita el
pecado del mundo!"
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