"Buscad y hallaréis" Lucas 11:9
Busca, si no has hallado. "Pedís, pero no recibís, porque pedís mal", Santiago 4:3. Si pides los bienes de
esta vida y no los de Dios, pides mal, es decir, pides con un deseo de realización del yo. Cuanto más
cumplas tus aspiraciones personales, menos buscarás a Dios. "Buscad y hallaréis". Ponte a trabajar y
limita tu enfoque y tus intereses únicamente a esto. ¿Alguna vez has buscado a Dios de todo corazón, o
tan solo le has dirigido un lánguido clamor después de alguna experiencia emocionalmente dolorosa?
Busca, concéntrate y hallarás.
"¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas!", Isaías 55:1. ¿Tienes sed, o eres indiferente a causa del
orgullo que sientes por tus logros, estás tan satisfecho de tu experiencia que no deseas nada más de Dios.
La experiencia es una puerta, no la meta final. Ten cuidado de fundamentar tu fe en la experiencia. Si lo
haces, tu vida adquirirá un sonido metálico, es decir, el sonido de la crítica y la censura. Recuerda que
nunca puedes darle a otra persona lo que encontraste, pero puedes hacer que eche de menos lo que tú
tienes.
"Llamad y se os abrirá", Lucas 11:9. "Acercaos a Dios" (ver Santiago 4:8-10). Golpeas: La puerta está
cerrada y tu corazón palpita aceleradamente mientras tocas. Limpiad vuestras manos: Llamas un poco
más fuerte y empiezas a comprender que estás sucio. Purificad vuestros corazones: Esto es aun más
personal; ahora te encuentras extremadamente desesperado; estás dispuesto a hacer lo que sea. Afligíos:
¿Alguna vez te has sentido afligido delante de Dios debido a la condición de tu vida interior? En este
punto no queda ni una hebra de autocompasión, sino el dolor desgarrador por el asombro de entender la
clase de persona que realmente eres. Humillaos: Es humillante llamar a la puerta de Dios porque tienes
que hacerlo en compañía del ladrón crucificado. "Pero, al que llama, se le abrirá", Lucas 11:10.
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