Los liberalistas teológicos no pretenden destruir el cristianismo, sino salvarlo. De hecho, podríamos decir que lo que motiva al liberalismo teológico es, en cierto modo, un deseo de justificarse. La pauta que lo rige es muy clara: sus adeptos tienen la convicción de que hay que salvar al cristianismo... de sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario