Versículo para hoy:
lunes, 30 de abril de 2018
ABRIL 30
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una
piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno
conoce sino aquel que lo recibe”. Apocalipsis 2:17.
Alma mía, anímate a
perseverar en la guerra santa, porque el galardón de la victoria es grande. Hoy
comemos pan celeste que desciende del cielo en derredor del real; el pan del
desierto, el pan del cielo, el pan que nunca falta a los que peregrinan hacia
Canaán. Pero nos es reservado en Cristo Jesús un grado más elevado de vida
espiritual, y comida conveniente, que hasta ahora, está escondida de nuestra
experiencia.
En la urna de oro que
estaba en el arca había una porción de maná escondida, que aunque fue guardada
por siglos, nunca se secó. Nadie la vio jamás; estaba escondida en el arca del
pacto, en el Lugar Santísimo.
Asimismo, la vida más alta del creyente está escondida con Cristo, en Dios. Pronto llegaremos a ella. Siendo hechos victoriosos por la gracia de nuestro Señor Jesús, comeremos de la comida del Rey, y nos alimentaremos de reales manjares delicados. Nos alimentaremos de Jesús. Él es nuestro “maná escondido”, además de ser nuestro maná del desierto. Él es nuestro todo en todo, en nuestro estado más alto, tanto como en el más bajo. Nos ayuda a pelear, nos da la victoria, y después Él mismo es nuestro galardón. Señor, ayúdame a vencer.
Asimismo, la vida más alta del creyente está escondida con Cristo, en Dios. Pronto llegaremos a ella. Siendo hechos victoriosos por la gracia de nuestro Señor Jesús, comeremos de la comida del Rey, y nos alimentaremos de reales manjares delicados. Nos alimentaremos de Jesús. Él es nuestro “maná escondido”, además de ser nuestro maná del desierto. Él es nuestro todo en todo, en nuestro estado más alto, tanto como en el más bajo. Nos ayuda a pelear, nos da la victoria, y después Él mismo es nuestro galardón. Señor, ayúdame a vencer.
domingo, 29 de abril de 2018
ABRIL 29
“No digas, yo me vengaré; espera a Jehová, y él te salvará”. Proverbios
20:22.
No te apresures. Deja que
se apacigüe tu ira. No digas nada, ni hagas nada para vengarte. Ciertamente
obrarás impunemente si tomas las armas y peleas tus propias batallas; y
seguramente, no mostrarás el espíritu del Señor Jesús. Es más noble perdonar y
pasar por alto la ofensa. El guardar rencor en tu seno, y meditar venganza, es
conservar abiertas las heridas antiguas, y hacer otras nuevas. Es mejor olvidar
y perdonar.
Tal vez tú dices que
tienes que hacer algo o perder mucho; entonces haz lo que aconseja la promesa
de esta mañana: “Espera a Jehová, y Él te salvará”. Este consejo no te costará
dinero, pero vale mucho. Cálmate. Espera en el Señor: cuéntale tu agravio:
extiende delante del Señor la carta de Rabsaces, y esto en sí será un alivio a
tu alma cargada. Además, hay la promesa: “Él te salvará”. Dios hallará medio de
librarte. Cómo lo hará, ni tú ni yo podemos adivinarlo, pero lo hará. Si el
Señor te salva, esto será mucho mejor que entrar en riñas despreciables, cubriéndote
de barro por pelear con los malos. No te enfades más. Deja tu pleito en manos
del Juez de todo.
sábado, 28 de abril de 2018
ABRIL 28
“Habitaré y andaré con ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi
pueblo”. 2 Corintios 6:16.
Aquí tenemos un
interés
mutuo. Se pertenecen el uno al otro. Dios es la porción de su pueblo, y
su pueblo escogido es la porción de Dios. Los santos hallan en Dios su posesión
principal, y Él los considera como su especial tesoro. ¡Qué mina de consuelo se
encierra en esta verdad para cada creyente!
Esta condición alegre de
interés mutuo conduce a la consideración mutua. Dios siempre
pensará en su propio pueblo, y ellos siempre pensarán en Él. En este día mi
Dios cumplirá todas las cosas por mí; ¿qué puedo yo hacer por Él? Mis
pensamientos deben correr tras Él, porque Él piensa en mí. Que yo me asegure de
que así es, y no me contente con sólo admitir que así debía ser.
Esto, además, conduce a la
comunión mutua. Dios está en nosotros y nosotros en Él; Él anda con
nosotros, y nosotros con Dios. ¡Qué comunión tan gozosa es esta!
¡Oh, que tenga gracia
para tratar al Señor como mi Dios; para confiar en Él y para servirle, como
merece su Deidad! ¡Oh, que pueda amar, honrar, adorar y obedecer a Jehová en
espíritu y en verdad! Este es el deseo de mi corazón. Cuando lo logre, habré
hallado mi cielo. ¡Señor, ayúdame! Sé mi Dios, ayudándome a conocerte como mi
Dios, por amor de Jesús.
viernes, 27 de abril de 2018
ABRIL 27
“Jehová cumplirá por mí”. Salmo 138:8.
El que ha comenzado la obra en mi alma, la completará.
El Señor se interesa en todo lo que me concierne. El Señor vigilará, guardará,
y llevará adelante a la realización todo lo que ahora es bueno, pero que no es
perfecto. Esto es un consuelo grande. Yo no podría perfeccionar la obra de la
gracia. De esto estoy seguro, porque falto todos los días, y solamente he
persistido hasta ahora porque el Señor me ha ayudado.
Si el Señor me dejara, toda mi experiencia pasada no me valdría nada y perecería en el camino. Pero el Señor seguirá bendiciéndome. Él perfeccionará mi fe, mi amor, mi carácter y mi trabajo durante esta vida. Hará esto porque Él ha comenzado esta obra en mí. Él me ha dado este cuidado que siento, y hasta cierto punto, Él ha cumplido mis anhelos buenos. Nunca deja una obra sin terminar; esto no le glorificaría ni sería propio de Él.
Él sabe cómo realizar sus buenos intentos, y aunque mi propia naturaleza mala, y el mundo, y el diablo, todos conspiran para impedir su obra, yo no dudo de su promesa. Él cumplirá por mí, y yo le alabaré para siempre. ¡Señor, haz que tu buena obra adelante algo en este día!
Si el Señor me dejara, toda mi experiencia pasada no me valdría nada y perecería en el camino. Pero el Señor seguirá bendiciéndome. Él perfeccionará mi fe, mi amor, mi carácter y mi trabajo durante esta vida. Hará esto porque Él ha comenzado esta obra en mí. Él me ha dado este cuidado que siento, y hasta cierto punto, Él ha cumplido mis anhelos buenos. Nunca deja una obra sin terminar; esto no le glorificaría ni sería propio de Él.
Él sabe cómo realizar sus buenos intentos, y aunque mi propia naturaleza mala, y el mundo, y el diablo, todos conspiran para impedir su obra, yo no dudo de su promesa. Él cumplirá por mí, y yo le alabaré para siempre. ¡Señor, haz que tu buena obra adelante algo en este día!
jueves, 26 de abril de 2018
ABRIL 26
“Y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres”. Deuteronomio
15:18.
Un amo israelita tenía
que dar la libertad a su siervo a su debido tiempo, y cuando dejaba su servicio
tenía que darle una porción liberal, para que empezara la vida por su cuenta. Tenía
que hacer esto cordialmente y alegremente, y entonces el Señor prometía
bendecir la acción liberal. El espíritu de este precepto, y en verdad toda la
ley de Cristo, nos obliga a tratar bien a los obreros. Debiéramos recordar cómo
el Señor nos ha tratado, y que esto nos obliga a tratar a otros benignamente.
Conviene que los que son hijos de un Dios benigno sean generosos. ¿Cómo podemos
esperar que nuestro gran Maestro nos bendiga en nuestros negocios si oprimimos
a los que nos sirven?
¡Qué bendición es aquí
puesta delante del alma liberal! Si somos bendecidos en todo lo que hacemos,
tenemos verdadera bendición. El Señor nos las enviará en parte por la
prosperidad, en parte por el contentamiento de alma, y en parte por una
experiencia de su favor, que es la mejor de todas las bendiciones. Él nos puede
hacer sentir que estamos bajo su cuidado especial, y rodeados de su amor
particular. Esto hace que esta vida terrestre sea un preludio gozoso de la vida
venidera. La bendición de Dios es más que una fortuna. Enriquece y no añade
tristeza con ella.
miércoles, 25 de abril de 2018
ABRIL 25
“El justo que camina en su integridad, bienaventurados serán sus hijos
después de él”. Proverbios 20:7.
Es natural tener ansiedad
acerca de nuestra familia, pero seremos sabios si las tornamos en solicitud por
nuestro carácter. Si andamos delante del Señor en integridad, nuestros
descendientes serán más benditos que si les legásemos grandes fortunas. La vida
santa de un padre es un legado rico para sus hijos.
El hombre recto deja a
sus herederos su ejemplo, y esto en sí es una mina de verdadera riqueza.
¡Cuántos hombres pueden atribuir su buen éxito en la vida al ejemplo de sus
padres!
También les deja su
reputación. Los hombres piensan tanto mejor de nosotros si somos hijos de un
hombre de confianza, los sucesores de un comerciante de excelente reputación.
¡Oh, que todos los jóvenes deseen conservar el buen nombre de la familia!
Sobre todo, el justo deja
a sus hijos sus oraciones, y la bendición de un Dios que oye la oración, y
estas hacen que nuestros descendientes sean favorecidos entre los hijos de los
hombres. Dios los salvará aún después de nuestra muerte. ¡Oh, que fuesen salvos
ahora!
Nuestra integridad tal
vez será el medio que Dios usará para salvar nuestros hijos e hijas. Si ven la
verdad de nuestra religión demostrada en nuestras vidas, tal vez creerán por sí
mismos en Jesús. ¡Señor, cumple esta palabra en mi casa!
FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe –
Charles H. Spurgeon.martes, 24 de abril de 2018
ABRIL 24
“Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de
los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías
3:10.
Muchos leen esta promesa
y apoyan en ella sus oraciones, sin fijarse en la condición bajo la cual la
bendición es prometida. No podemos esperar que el cielo sea abierto o que se
vacíe la bendición si no pagamos nuestros derechos al Señor nuestro Dios y a su
causa. No habría falta de fondos para propósitos santos si todos los cristianos
de profesión pagasen su debida parte.
Muchos son pobres porque
roban a Dios. Muchas iglesias, también, pierden las visitaciones del Espíritu
porque dejan morir de hambre a los siervos del Señor. Si no hay alimento
temporal para los siervos de Dios, no podemos maravillarnos de que su ministerio
contenga poco alimento para nuestras almas. Cuando las misiones decaen por
falta de fondos, y la obra del Señor es impedida por una tesorería vacía, ¿cómo
podemos esperar que haya abundante prosperidad de alma?
¡Vamos, vamos! ¿Qué he
dado yo últimamente? ¿He sido mezquino con mi Dios? ¿He escatimado algo a mi
Salvador? Esto no puede ser. Que dé yo mi diezmo a mi Señor Jesús, ayudando a
los pobres y a su obra, y entonces experimentaré su poder para bendecirme en
gran escala.
lunes, 23 de abril de 2018
ABRIL 23
“El que tiene oído, oiga lo que Espíritu dice a las iglesias. El que
venciere no recibirá daño de la muerte segunda”. Apocalipsis 2:11.
Tenemos que sufrir la
muerte primera a no ser que el Señor venga muy pronto a su templo. Estemos
apercibidos, esperándola sin temor, ya que Jesús ha cambiado la muerte de una
caverna terrible en un pasaje que conduce a la gloria.
Lo que hay que temer no
es la primera, sino la segunda muerte; no la separación de alma y cuerpo, sino
la separación final del hombre entero de Dios. Esto sí que es muerte en verdad.
Esta muerte quita toda paz, gozo, alegría y esperanza. Cuando Dios se va, todo
se va. Una muerte tal es mucho peor que el cesar de existir: es la existencia
sin la vida que hace que esa existencia sea de valor.
Ahora, si por la gracia
de Dios, peleamos hasta el fin, y vencemos en la guerra gloriosa, la muerte
segunda no podrá tocarnos con su dedo frío. No tendremos temor de la muerte ni
del infierno, porque recibiremos una corona de vida incorruptible. ¡Cómo nos
fortalece esto para la pelea! La vida eterna vale una vida de batalla. Para
escapar del daño de la muerte segunda vale la pena luchar durante una vida
entera.
¡Señor, danos fe, para
que venzamos, y entonces concédenos gracia para continuar sanos y salvos aunque
el pecado y Satán nos sigan los pasos!
domingo, 22 de abril de 2018
ABRIL 22
“Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos”. Salmo
146:8.
¿Estoy yo caído? Entonces
bueno será que presente yo esta palabra de gracia delante del Señor. Es su
buena manera, su costumbre, su promesa, y su delicia, levantar a los caídos.
¿Es un sentimiento de mis pecados, y por consecuencia, un abatimiento de
espíritu, lo que ahora me aflige? Entonces la obra de Jesús, en este caso, está
hecha y provista para hacerme descansar. ¡Oh, Señor, levántame por tu
misericordia!
¿Es la pérdida de un ser
querido o un gran quebranto en mis bienes materiales? Otra vez aquí el
Consolador se ha encargado de consolar. ¡Qué misericordia para nosotros que una
persona de la Santísima Trinidad se hiciera el Consolador! Esta obra será bien
hecha, ya que Uno tan glorioso la ha tomado a su cargo especial.
Algunos están tan
agobiados que sólo Jesús les puede desatar de su enfermedad, pero Él puede, y
Él quiere hacerlo. Él puede levantarnos a salud, a esperanza y a alegría.
Muchas veces lo ha hecho en pruebas pasadas, y Él es el mismo Salvador, y
repetirá sus obras de misericordia. Nosotros que hoy estamos caídos y tristes,
aun seremos levantados en alto, y los que ahora nos menosprecian serán
grandemente confundidos. ¡Qué honra ser levantado por el Señor! Vale la pena
estar abatido para que experimentemos su poder levantador.
sábado, 21 de abril de 2018
ABRIL 21
“A Jehová empresta el que da al pobre y él le dará su paga”. Proverbios
19:17.
Tenemos que dar a los
pobres por piedad. No para ser vistos y aplaudidos, mucho menos para tener
influencia sobre ellos; hemos de ayudarles por pura simpatía y compasión.
No tenemos que esperar
que los pobres nos devuelvan cualquier cosa, ni aun la gratitud; pero
debiéramos mirar lo que hacemos por ellos como un préstamo al Señor. Él se
encarga de la obligación, y si miramos a Él en el asunto, no tenemos que mirar
al interesado. ¡Cómo nos honra el Señor cuando condesciende a pedirnos
prestado! Grandemente favorecido es el comerciante que tiene al Señor con
cuenta abierta en sus libros. Sería una lástima anotar tal nombre por una
miserable cantidad; hagámosla una suma grande. Ayudemos al prójimo necesitado
que viene por nuestro camino.
En cuanto al reembolso,
casi no podemos pensar en ello, y con todo, aquí está el pagaré del Señor.
Bendito sea su nombre, su promesa de pagar es mejor que el oro y la plata.
¿Estamos un poco apurados de dinero por causa de malos tiempos? Podemos
humildemente atrevernos a presentar este billete en el Banco de la Fe. ¿Ha sido
uno de nuestros lectores avaro para con los pobres? ¡Pobrecito! Que el Señor le
perdone.
viernes, 20 de abril de 2018
LOS GRANDES TEMAS - Pr. Salvador Dellutri
Los temas candentes de la actualidad son analizados a la luz de la Palabra de Dios. Conferencias, predicaciones y exposiciones de la Palabra de Dios, a cargo del Pr. Salvador Dellutri.
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Tierra Firme
ABRIL 20
“El justo vivirá por la fe”. Romanos 1:17.
No moriré. Yo puedo
confiar, y confío en el Señor mi Dios, y esta fe me conservará en vida.
Quisiera ser contado entre los que son justos en sus vidas; pero aunque fuese
perfecto, no procuraría vivir por mi justicia; yo me sostendría de la obra del
Señor Jesús, y siempre viviría por fe en Él, y por nada más. Si pudiese
entregar mi cuerpo para ser quemado por mi Señor Jesús, con todo no confiaría
en mi propio valor y constancia, sino que siempre viviría por fe.
Si fuera mártir, al morir,
El nombre de mi Salvador
Tan sólo invocaría, fiel,
Perdón pidiendo por su amor.
Vivir por fe es mucho más
seguro y más feliz que vivir por sentimientos o por obras. El pámpano que está
en la vid vive mejor vida de la que viviría parte del tronco, si esto le fuera
posible. Vivir en unión con Jesús, y derivar toda nuestra fuerza de Él, es
agradable y sagrado. Si aún los más justos tienen que vivir de esta manera,
¡cuánto más yo que soy un pobre pecador! Señor, creo. Tengo que confiar del
todo en ti. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Confiar en ti es mi vida. Siento que es
así. Me mantendré en ello hasta el fin.
FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe –
Charles H. Spurgeon.jueves, 19 de abril de 2018
ABRIL 19
“Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo, yo requeriré mis
ovejas, y las reconoceré”. Ezequiel 34:11.
Esto hace a lo primero
cuando sus elegidos son como ovejas errantes que no conocen ni al pastor ni el redil.
¡Qué maravillosamente encuentra el Señor a sus escogidos! Jesús es admirable
como un pastor que busca, tanto como un pastor que salva. Aunque muchos de los
que su Padre le dio han ido tan cerca de la puerta del infierno como han
podido, con todo el Señor inquiriendo y buscando los encuentra, y se acerca a
ellos con su gracia. Él nos ha buscado: tengamos buena esperanza acerca de
aquellos por quienes oramos, porque Él también los encontrará.
El Señor repite este
proceso cuando cualquiera oveja de su manada se extravía de los pastos de la
verdad y de la santidad. Pueden caer en error grosero, en pecado lastimoso y en
dureza penosa; pero con todo, el Señor que se ha hecho fiador a favor de ellas
con el Padre, no permitirá que una se extravíe hasta el punto de perecer. Él
las seguirá por medio de la providencia y la gracia, a países extranjeros, a
habitaciones de pobreza, a cavernas de oscuridad, a los profundos de la
desesperación; Él no perderá ni una de todas las que el Padre le ha dado. Es un
punto de honor para Jesús el buscar y el salvar toda la manada, sin una sola
excepción. ¡Qué promesa es esta para que me sirva de ella si en esta hora estoy
constreñido a exclamar: “Yo anduve errante como oveja extraviada”!
miércoles, 18 de abril de 2018
ABRIL 18
“Seré contigo; no te dejaré ni te desampararé”. Josué 1:5.
Esta palabra dicha a
Josué es citada muchas veces; es la base de aquella palabra del Nuevo Testamento:
“Él dijo: No te dejaré, ni te desampararé”.
Amados, una vida
militante está delante de nosotros, pero el Señor de los Ejércitos está con
nosotros. ¿Somos llamados a guiar un pueblo grande pero inconstante? Esta
promesa nos garantiza toda la sabiduría y prudencia que necesitaremos. ¿Tenemos
que contender con astutos y poderosos enemigos? Aquí tenemos fuerza y valor,
proeza y victoria. ¿Tenemos que ganar una heredad vasta? Por esta señal
alcanzaremos nuestro propósito; el mismo Señor está con nosotros.
¡Ay de nosotros en verdad
si Jehová nos pudiese faltar!, pero como esto nunca puede ser, los vientos de
ansiedad son adormecidos en las cuevas de la divina fidelidad. En ninguna
ocasión nos desamparará el Señor. Venga lo que viniere, Él estará a nuestro
lado. Los amigos nos dejan, su ayuda es como lluvias de primavera; pero Dios es
fiel. Jesús es el mismo para siempre, y el Santo Espíritu permanece en
nosotros.
Ven, alma mía, cálmate y
ten esperanza hoy. Tal vez vengan nubes, pero el Señor las puede disipar. Como
Dios no me faltará, mi fe no faltará; y como no me desamparará, yo no le desampararé.
¡Oh, si tuviéramos una fe tranquila!
martes, 17 de abril de 2018
ABRIL 17
“Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos
pacificará con él”. Proverbios 16:7.
Tengo que procurar que
mis amigos agraden al Señor. Aun entonces, tendré enemigos; y tal vez, tanto
más ciertamente porque procuro hacer lo que es recto. ¡Pero qué promesa es
esta! El Señor hará que la ira del hombre le acarree alabanza, y la apaciguará
para que no me aflija.
Él puede constreñir a un
enemigo a desistir de dañarme, aunque tenga tales deseos. Esto hizo con Labán,
que siguió a Jacob, pero no se atrevió a tocarle. O puede dominar la ira del
enemigo y hacerle amigable, como hizo con Esaú, que encontró a Jacob como
hermano, aunque Jacob había temido que le matara a él y a su familia. El Señor
también puede convertir un adversario furioso en un hermano en Cristo, y un
colaborador, como hizo con Saulo de Tarso. ¡Oh, que hiciese eso en todo caso
donde aparece un espíritu perseguidor!
¡Gozoso es el hombre
cuyos enemigos son hechos para con él como los leones para Daniel en el foso,
mansos y sociables! Cuando me encuentre con la muerte, que es llamada “el
último enemigo”, ruego a Dios que esté yo en paz. Solamente que mi gran cuidado
sea el agradar al Señor en todas las cosas. ¡Oh que tengamos fe y santidad;
porque estas son agradables al Altísimo!
FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe –
Charles H. Spurgeon.lunes, 16 de abril de 2018
ABRIL 16
“En aquel tiempo estará sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A
JEHOVÁ”. Zacarías 14:20.
¡Qué día tan feliz aquel
en que todas las cosas serán consagradas y las campanillas de los caballos
tocarán santidad a Jehová! Ese día ha llegado para mí. ¿No hago yo santas todas
las cosas para Dios? Estos vestidos, cuando me los quito o me los pongo, ¿no me
recordarán la justicia de Cristo Jesús, mi Señor? ¿No será hecho mi trabajo
como al Señor? ¡Oh, que hoy mis vestidos sean vestimentas, mis comidas
sacramentos, mi casa un templo, mi mesa un altar, mi habla un incienso, y yo
mismo un sacerdote! Señor, cumple tu promesa, y que ninguna cosa sea para mí
común o inmunda.
Que espere yo esto en fe.
Creyéndolo ser así, seré ayudado para realizarlo. Como yo mismo soy la
propiedad de Jesús, mi Señor puede hacer un inventario de todo lo que tengo,
porque es del todo suyo; y estoy resuelto a probar que lo es, por el uso al
cual lo pondré en este día. Desde la mañana hasta la noche quisiera disponerlo
todo por una regla alegre y santa. Mis campanillas tocarán; ¿y por qué no? Aun
mis caballos tendrán campanillas; ¿quién tiene tanto derecho a la música como
lo tienen los santos? Pero todas mis campanillas, mi música, mi alegría, se
dirigirán hacia la santidad y harán resonar el nombre del “Dios Feliz”.
domingo, 15 de abril de 2018
ABRIL 15
“A los justos les será dado lo que desean”. Proverbios 10:24.
Siendo como es un deseo
justo, Dios lo puede conceder con seguridad. No sería bueno para el hombre, ni
para la sociedad en general, que tal promesa fuese hecha a los injustos.
Guardemos los mandamientos del Señor, y Él justamente tendrá en cuenta nuestros
deseos.
Cuando los justos desean
cosas injustas, no les serán dadas. Pero entonces estos no son sus verdaderos
deseos; son sus extravíos o faltas; y está bien que se les nieguen. Sus buenos
deseos vendrán delante del Señor, y Él no los negará.
¿Nos niega el Señor
nuestras peticiones por el momento? Que la promesa de hoy nos anime a pedir
otra vez. ¿Nos las ha negado del todo? Aun le daremos las gracias, porque
siempre ha sido nuestro deseo que Él nos las negara si juzgaba que la negativa
sería lo mejor.
En cuanto a algunas
cosas, pedimos con mucha confianza. Nuestros deseos principales son santidad,
utilidad, semejanza a Cristo y el ser dispuestos para el cielo. Estos son los
deseos de la gracia más bien que de la naturaleza, el deseo del justo más bien
que del mero hombre. Dios no nos escatimará estas cosas, sino que dará siempre
en abundancia. “Pon asimismo tu delicia en Jehová, y Él te dará las peticiones
de tu corazón”. ¡Alma mía, en este día, pide con largueza!
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