Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8: 13)
Comenzaremos nuestro estudio examinando las cinco frases que componen nuestro texto:
Primeramente, el texto comienza con la palabra "si".
Primeramente, el texto comienza con la palabra "si".
Pablo usa este "si" para indicar la conexión entre la mortificación de las obras de la carne y la vida. Esto es como decir a un hombre enfermo: "Si tomas la medicina, pronto te sentirás mejor". Al hombre enfermo se le está prometiendo un mejoramiento en su salud, a condición de que siga las indicaciones que se le dan. En una manera semejante el “si” de nuestro texto nos dice que Dios ha señalado “la mortificación de las obras de la carne” como el medio infalible para alcanzar “la viga”. Existe una relación inquebrantable entre la verdadera mortificación del pecado y la vida eterna. “Si... mortificáis las obras de la carne, viviréis”. Aquí está entonces el motivo para obedecer el deber que Pablo prescribe. Continuar leyendo...
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