Versículo para hoy:

martes, 28 de febrero de 2017

¿Cansado y turbado? - Abraham Paniagua

Viviendo el Manifiesto de la Mujer Verdadera - Nancy DeMoss Wolgemuth

Febrero 28. ¿Ahora creéis?

"…Por eso creemos... ¿Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?" Juan 16:30-31.
Ahora creemos. Pero Jesús dice: "¿De veras? Llegará el momento en que me dejarán sólo" (ver Juan 16:32). Muchos obreros cristianos han dejado solo a Jesucristo y se han puesto a trabajar por el sentido del deber o porque, de acuerdo con su discernimiento personal, lo perciben como algo necesario. Esto se debe a la ausencia de la vida nueva que Jesús nos dio al resucitar. El alma se ha desviado del contacto íntimo con Dios y se apoya en su propio entendimiento religioso. No es un pecado deliberado y, por lo tanto, no implica un castigo. Pero cuando la persona se da cuenta de la manera en que ha obstruido su entendimiento de Jesucristo y se ha acarreado incertidumbres, penas y dificultades, tiene que regresar con vergüenza y dolor.
Necesitamos depender con mayor profundidad de la vida nueva en Cristo. Debemos buscar continuamente su consejo para todo, en lugar de tomar nuestras propias decisiones racionales y luego pedirle que las bendiga. Él no puede bendecirlas, lo cual no depende de su soberanía, pues esas decisiones están alejadas de la realidad. Si hacemos algo simplemente por el sentido del deber, estamos tratando de vivir según una norma que rivaliza con el Señor Jesucristo. Nos volvemos personas orgullosas y arrogantes porque creemos saber qué hacer en cada situación. Hemos colocado el sentido del deber en el trono en vez de la vida eterna en Cristo. No se nos dice que andemos en la luz de nuestra conciencia o de un sentido del deber, sino que andemos en la luz como Él esta en la luz (1 Juan 1:7). Cuando hacemos algo por el sentido del deber, lo podemos justificar por medio de argumentos. Pero cuando lo hacemos en obediencia al Señor, no puede haber otra explicación, sólo la obediencia. Por esta razón es que a un santo lo pueden ridiculizar tan fácilmente.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

lunes, 27 de febrero de 2017

Efectos del Manifiesto de la Mujer Verdadera - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Febrero 27. El ministerio empobrecido de Jesús

"¿De dónde, pues, tienes el agua viva?" Juan 4:11.

El pozo es hondo, ¡muchísimo más hondo de lo que la mujer samaritana entendía! (Ver Juan 4). Considera las profundidades de la naturaleza humana y de la vida del hombre, piensa en las aguas profundas de los "pozos" que hay en ti. ¿Has estado limitando o empobreciendo el ministerio de Jesús hasta el punto de que Él no puede obrar en tu vida? Imagínate que dentro de tu corazón hay un pozo profundo de dolor e inquietud, y que Jesús se acerca y te dice: No se turbe vuestro corazón... (Juan 14:1). Entonces, tú te encoges de hombros y le contestas: "Pero, Señor, el pozo es demasiado profundo y ni siquiera Tú puedes sacar tranquilidad y consuelo de él". Es verdad, Él los trae de lo alto, Jesús no saca nada de los pozos de la naturaleza humana. Cuando nosotros únicamente recordamos lo que le hemos permitido hacer al Santo de Israel en nuestra vida, entonces lo limitamos. También lo hacemos al decir: "Por supuesto, no puedo contar con que Dios va a hacer esto en particular". Aquello que pone a prueba su omnipotencia es lo mismo que nosotros como discípulos de Jesús deberíamos creer que Él hará. Empobrecemos y debilitamos su ministerio en nosotros cuando olvidamos que Él es omnipotente; el empobrecimiento está en nosotros, no en Él. Acudimos a Jesús como nuestro consolador o nuestro Dios compasivo, pero no queremos acercarnos a Él como nuestro Todopoderoso Dios. Algunos de nosotros somos ejemplos muy pobres del cristianismo porque no hemos logrado reconocer que Cristo es omnipotente. Contamos con cualidades y experiencias cristianas, pero no hay entrega ni rendición a Jesucristo. Al enfrentarnos a circunstancias difíciles, empobrecemos su ministerio declarando: "Por supuesto, Él no puede hacer nada al respecto". Entonces, luchamos por alcanzar el fondo de nuestro gozo y tratamos de conseguir el agua por nuestros propios medios. Cuídate de la gratificación de volverte a hundir y afirmar: "¡No se puede hacer!" Tú sabes que es posible, si miras a Jesús. El pozo de tu limitación es hondo, pero haz el esfuerzo de apartar la mirada de ti y dirigirla a Él.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

domingo, 26 de febrero de 2017

Febrero 26. Nuestras mezquinas suspicacias con Jesús

"La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo...",    Juan 4:11.
“¡Estoy impresionado con las maravillosas verdades de la Palabra de Dios, pero realmente Él no espera que yo las cumpla ni que ponga en práctica toda esa cantidad de detalles en mi vida!" ¿Alguna vez has dicho esas palabras? El hecho de enfrentarnos al verdadero valor que le damos a Jesús refleja una superioridad religiosa. Sus ideas nos impresionan y nos parecen elevadas, pero creemos que Él no es realista y que lo que nos dice es impracticable. Cada uno de nosotros pensamos así de Jesús en alguna área de nuestra vida. Estas suspicacias empiezan a surgir cuando le damos cabida a preguntas que desvían nuestra atención de Dios, las cuales surgen mientras estamos hablando de nuestros tratos con Él y los demás nos dicen: "¿De dónde vas a sacar el dinero necesario para vivir? ¿Cómo vas a sobrevivir y quién se encargará de tus necesidades?" O los recelos comienzan en nosotros mismos cuando le decimos a Jesús que nuestro caso es demasiado difícil para Él. Entonces, expresamos: "Es fácil decir 'confía en el Señor', pero una persona tiene que comer. Además, Jesús ni siquiera tiene con qué sacar el agua del pozo, y no puede usar nada para darnos lo que necesitamos". Guárdate del engaño con apariencia de piedad que nos hace decir: "Yo no desconfío de Jesús, sino de mí". Si somos honestos, admitiremos que nunca hemos sido suspicaces con nosotros mismos porque sabemos exactamente lo que somos capaces e incapaces de hacer; pero sí tenemos recelos con respecto a Jesús. Y nuestro orgullo se hiere con solo pensar que Él puede hacer lo que nosotros no podemos. Mis suspicacias surgen del hecho de que me escudriño a mí mismo para encontrar la manera en que Él va a cumplir lo que dice. Mis dudas se levantan de las profundidades de mi propia inferioridad. Si percibo estos recelos en mí debo exponerlos a la luz y confesar abiertamente: "Señor, he tenido desconfianza. No he creído en tus capacidades, solamente en las mías. No he creído en tu omnipotencia sino en mi limitada comprensión de ella".

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

sábado, 25 de febrero de 2017

Febrero 25. La pobreza total del servicio

"...aunque amándoos más, sea amado menos", 2 Corintios 12:15.
El amor natural del ser humano espera ser correspondido, pero Pablo nos está diciendo: "No me importa si me amas o no, de todas maneras estoy dispuesto a privarme completamente de todo, a empobrecerme hasta la miseria, no solo por amor a ustedes sino para que los pueda llevar a Dios". "Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico", 2 Corintios 8:9. El concepto que tenía Pablo sobre el servicio era similar al de nuestro Señor. Sin importarle qué tan alto fuera el costo para si mismo, él estaba dispuesto a pagarlo con gusto. Y para él era un gozo. La noción que tiene la iglesia institucional sobre un siervo de Dios no es como la de Jesucristo. La idea del Señor es que lo sirvamos a Él siendo siervos de los demás. En realidad, Jesucristo es "más socialista” que los socialistas. Él declaró que en su reino el mayor sería el siervo de todos (Mateo 23:11). La prueba real de un santo no es que predique el evangelio, sino que lave los pies de los discípulos, es decir, que realice aquellas tareas que no tienen importancia según la opinión de la gente, pero que valen todo desde el punto de vista de Dios. Pablo se complacía en gastarse a sí mismo por causa de los intereses de Dios en otras personas, sin importar cuánto le costara. Pero nosotros, antes de servirle nos detenemos a ponderar los intereses personales y financieros. "Supongamos que Dios quiere que me traslade a otro lugar. ¿Qué de mi salario? ¿Cómo es el clima? ¿Quién se encargará de mis necesidades? Uno tiene que pensar en estas cosas". Todo lo anterior indica que servimos a Dios con restricciones. Pero el apóstol Pablo no tenía ninguna condición ni reserva. Él centro de su vida en el concepto de Jesucristo sobre un santo del Nuevo Testamento: no alguien que simplemente proclama el Evangelio, sino quien se convierte en pan partido y vino derramado en las manos de Jesucristo, por amor a otros.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

viernes, 24 de febrero de 2017

La veracidad de Dios - Maggie de Michelén

Viendo, no creen - Enrique Oriolo

El rol de la oración en el despertar espiritual - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Febrero 24. El deleite del sacrificio

"Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas...", 2 Corintios 12:15.
Cuando el Espíritu Santo ha derramado el amor de Dios en nuestros corazones, empezamos a identificarnos conscientemente con los intereses y propósitos de Jesucristo para la vida de otras personas (Romanos 5:5). Y Él está interesado en cada persona de forma individual. En el servicio cristiano no tenemos derecho a dejarnos guiar por nuestras afinidades, gustos y simpatías. De hecho, esta es una de las pruebas más grandes para nuestra relación con Jesucristo. El deleite del sacrificio es que pongo mi vida por mi Amigo Jesús (ver Juan 15:13). No que la deseche, sino que voluntaria e intencionalmente la presento y la pongo a disposición de Él y de sus intereses en otras personas. Y no lo hago por una meta o una causa personal. Pablo consumió su vida con un único propósito: poder ganar almas para Jesucristo.
Todo el tiempo atrajo a las personas hacia su Señor, nunca hacia él mismo. Dijo: "A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos", 1 Corintios 9:22.
Cuando alguien piensa que para desarrollar una vida santa siempre tiene que estar a solas con Dios, ya no puede ser de ninguna utilidad para los demás. Es como si se colocara en un pedestal y se aislara del resto de la sociedad. Pablo fue una persona santa, pero dondequiera que iba siempre permitía que Jesucristo utilizara su vida. Muchos de nosotros estamos buscando nuestros propios fines y por esta razón Jesús no puede usarnos. Pero si estamos totalmente sometidos a Él, no tenemos propósitos personales que satisfacer. Pablo dijo que sabía ser un "tapete limpia pies" sin resentirse por ello, porque la motivación de su vida era la devoción a Jesús. Nuestra tendencia es a consagrarnos, pero no a Jesucristo, sino a las cosas que nos permiten más libertad espiritual que la que concede la completa sumisión a Él. Ese no fue de ninguna manera, el motivo de Pablo. En realidad él declaró: "porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos..." Romanos 9:3. ¿Había perdido Pablo su capacidad para razonar? ¡Por supuesto que no! Para alguien que está enamorado hablar así no es una exageración. Y Pablo estaba enamorado de Jesucristo.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

jueves, 23 de febrero de 2017

Cuando la iglesia vuelve a la vida - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Canales de la generosidad de Dios - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Febrero 23. La determinación de servir

"Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir...", Mateo 20:28.


Jesús también dijo: "...Pero yo estoy entre vosotros como el que sirve", Lucas 22:27. La idea que Pablo tenía sobre el servicio es la misma que la de nuestro Señor: "nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús", 2 Corintios 4:5. De alguna manera tenemos la noción de que el llamamiento de una persona al ministerio es para que sea alguien diferente y esté por encima de otros. Pero, de acuerdo con lo que dice Jesucristo, es llamada a ser el "tapete" de los demás; su líder espiritual, pero nunca su superior. Sé vivir humildemente, dijo Pablo (Filipenses 4:12). Su concepto acerca del servicio era el de derramar su vida por otros, hasta la última gota. Y si recibía alabanzas o reproches, no importaba. Mientras hubiera un ser humano que no conociera a Jesús, Pablo sentía una deuda de servicio hacia esa persona hasta que lo llegara a conocer. La motivación principal detrás de su servicio no era su amor hacia otros, sino hacia el Señor. Si nuestra consagración es a la causa de la humanidad, rápidamente seremos derrotados y quebrantados porque a menudo enfrentaremos mucha ingratitud por parte de los demás. Pero si somos motivados por el amor a Dios, ninguna ingratitud podrá impedir que nos sirvamos unos a otros.
El secreto de la determinación de Pablo para servir a otras personas estaba en su entendimiento personal sobre la manera en que Jesucristo había tratado con él: "habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador..." 1 Timoteo 1:13. En otras palabras, sin importar qué tan mal otros hubieran tratado a Pablo, nunca podían haberlo hecho con el mismo grado de rencor y odio que él había utilizado para tratar a Jesucristo. Cuando nos damos cuenta de que el Señor nos ha servido hasta el extremo de nuestra mezquindad, egoísmo y pecado, nada de lo que podamos recibir de los demás podrá agotar nuestra determinación de servirlos por amor a Él.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Febrero 22. La disciplina de la tenacidad espiritual

"Estad quietos y conoced que yo soy Dios", Salmo 46:10.
La tenacidad es más que resistencia. Es resistencia combinada con la absoluta certeza de que lo que esperamos sucederá. Tenacidad significa más que aferrarse, lo cual solo podría estar revelando nuestro temor a soltarnos y caer. La tenacidad es el esfuerzo supremo de un hombre que se rehúsa a creer que su héroe va a ser vencido. Nuestro mayor temor no es que nos vayamos a condenar sino que de alguna manera Jesucristo sea derrotado; y que las virtudes que Él encarnó — amor, justicia, perdón y bondad entre los hombres — al final no prevalezcan y representen un objetivo inalcanzable para nosotros.
Entonces, viene el llamado a la tenacidad espiritual. No un llamado a confiar sin hacer nada, sino a trabajar, sabiendo con certeza que Dios nunca será derrotado.
Si en este momento nuestras esperanzas parecen estar sufriendo una desilusión, quiere decir que se están purificando. Toda esperanza o sueño de la mente humana se va a cumplir, si es noble y si proviene de Dios. Pero una de las más grandes presiones de la vida es la de esperar la intervención divina. Él cumple: "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia...", Apocalipsis 3:10. ¡Continúa siendo espiritualmente tenaz!

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

martes, 21 de febrero de 2017

"El Espíritu y nuestra unión con Cristo" Ps. Sugel Michelén




"Unidos con Cristo" Ps. Sugel Michelén



Comparte lo que Jesús está haciendo en tu vida - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Febrero 21. ¿Has perdido alguna vez la compostura por causa de Dios?

"Buena obra me ha hecho", Marcos 14:6.
Si lo que llamamos amor no nos lleva más allá de nosotros mismos, entonces no es realmente amor. Si tenemos la idea de que el amor se caracteriza por ser discreto, siempre sabio, siempre sensato y prudente, y que nunca pierde la compostura, hemos pasado por alto su verdadero significado. Tal vez esas características nos describan al afecto, al sentimiento de cariño, pero no representan una descripción verdadera y precisa del amor.
¿Alguna vez te has conmovido o emocionado tanto como para hacer algo por Dios, no porque sentías que era tu deber hacerlo, o porque era útil, o porque tú ganabas algo, sino simplemente porque lo amabas?
¿Alguna vez te has dado cuenta de que le puedes dar cosas que son valiosas para Él? ¿O simplemente estás ocioso, soñando despierto sobre la grandeza de su redención, mientras descuidas todo lo que podrías estar realizando para Él? No me refiero a obras que se puedan considerar como divinas y milagrosas, sino a actos humanos sencillos y corrientes que le indican a Él tu entrega total. ¿Alguna vez has producido en el corazón del Señor Jesús lo que hizo María de Betania? "Buena obra me ha hecho".
Hay ocasiones en las que pareciera que Dios se encuentra en espera de que le demos pequeños regalos de nuestra entrega con el único fin de demostrarle cuán genuino es nuestro amor por Él. Estar rendidos a Dios es de mayor valor que nuestra santidad personal y preocuparnos por ella nos lleva a enfocar la mirada en nuestra blancura. Entonces nos preocupamos excesivamente por la forma en que caminamos, hablamos y miramos, porque tememos ofender a Dios. Pero el perfecto amor echa fuera todo eso cuando nos hemos rendido a Él (1 Juan 4:18). No sigamos preguntándonos "¿Somos útiles para algo?", sino aceptemos la verdad de que realmente no lo somos. Nunca es un asunto de servir para algo, sino del valor que tengo para Dios mismo. Cuando nos hemos rendido totalmente a Él, Dios obra a través de nosotros todo el tiempo.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

lunes, 20 de febrero de 2017

El valor de la enseñanza de mujeres mayores a mujeres más jóvenes - Nancy DeMoss Wolgemuth

Febrero 20. La iniciativa contra soñar despiertos

"¡Levantaos, vámonos de aquí!", Juan 14:31.
Soñar con respecto a algo, para poder hacerlo de una manera correcta, está bien; pero soñar sobre eso, cuando deberíamos estar haciéndolo, está mal. En este pasaje, después de haberles dicho esas palabras maravillosas a sus discípulos, podríamos esperar que nuestro Señor les hubiera dicho que se fueran y meditaran en ellas; pero Jesús nunca permitió que pasaran el tiempo fantaseando. Cuando nuestro propósito es buscar a Dios y descubrir su voluntad para nosotros, soñar despiertos es correcto y aceptable. Sin embargo, cuando nuestra tendencia es a pasar el tiempo soñando despiertos sobre lo que ya se nos ha ordenado hacer, esto es inaceptable y Dios nunca lo podrá bendecir. Él tomará la iniciativa contra esa clase de ensoñación y nos instará a la acción. Sus instrucciones para nosotros serán en estos términos: “¡No te sientes ni te detengas ahí! ¡Sólo sigue adelante!"
Si estamos esperando en silencio delante de Dios después de que nos ha dicho: Venid vosotros aparte, estamos meditando delante de Él para buscar su voluntad (Marcos 6:31). Sin embargo, cuidémonos de que Él sea la fuente de todos tus sueños y deleites y con diligencia obedece lo que Él ha dicho. Cuando estás enamorado, tú no te sientas y sueñas despierto todo el tiempo con la persona amada, sino que vas y haces algo por ella. Eso es lo que Jesucristo espera de nosotros. Soñar despierto después de que Dios ha hablado indica que no confiamos en Él.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

domingo, 19 de febrero de 2017

Febrero 19. La iniciativa contra el trabajo desagradable

"¡Levántate, resplandece…!", Isaías 60:1.
Cuando se trata de tomar la iniciativa contra un trabajo que nos parece desagradable o pesado, debemos dar el primer paso como si Dios no existiera. Es inútil esperar a que Él nos ayude, pues no lo va a hacer.
Sin embargo, tan pronto nos levantamos descubrimos que está presente. Siempre que Dios nos inspira, tomar la iniciativa se convierte en una cuestión moral, en un asunto de obediencia. Entonces, debemos actuar para ser obedientes y no seguir acostados sin hacer nada. Si nos levantamos y resplandecemos, Dios le cambiará el rostro a ese oficio tedioso y servil.
Esta clase de trabajo es una de las mejores pruebas para determinar la autenticidad de nuestro carácter. Es la labor que no se acerca en lo más mínimo a lo que nosotros consideramos como un trabajo ideal. Es una obra totalmente difícil, baja, molesta y sucia. Y cuando pasamos por ella, se prueba nuestra espiritualidad porque vamos a saber inmediatamente si somos o no espiritualmente auténticos (ver Juan 13). En este capítulo vemos al Dios encarnado realizando la más grande muestra de trabajo servil: el lavado de los pies de unos pescadores. "Luego pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros", Juan 13:14. La inspiración divina es necesaria si el trabajo desagradable y servil ha de resplandecer con la luz de Dios. La forma en que algunas personas llevan a cabo cierta labor santifica ese trabajo de ahí en adelante. Puede ser un oficio corriente, pero se vuelve diferente después de que hemos visto a esas personas realizarlo. Cuando nuestro Señor hace algo por medio de nosotros, siempre lo transforma. El asumió la forma de nuestra carne humana y la transformó. Ahora el cuerpo de cada creyente se ha convertido en el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19).

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

sábado, 18 de febrero de 2017

La inmutabilidad de Dios - Patricia de Saladín

Febrero 18. La iniciativa contra la desesperación

"¡Levantaos, vamos!" Mateo 26:46.
En el huerto de Getsemaní los discípulos se fueron a dormir cuando debieron haberse quedado despiertos; y una vez que comprendieron lo que habían hecho, se sintieron desesperados. El sentimiento de haber hecho algo que no se puede corregir tiende a desesperarnos y decimos: "Bueno, ya no hay nada que hacer, es inútil intentarlo de nuevo". Si pensamos que esta clase de desesperación es excepcional, estamos equivocados. Se trata de una experiencia muy común del ser humano. Siempre que nos damos cuenta de que hemos desaprovechado una magnífica oportunidad, fácilmente nos hundimos en la desesperación. Sin embargo, Jesús se acerca a nosotros y nos dice con amor: “Duerme ya. Esa oportunidad se perdió para siempre y eso no lo puedes cambiar. Pero, levántate y hagamos lo que sigue”. En otras palabras, deja que el pasado duerma, pero que repose en el dulce abrazo de Cristo. Y continuemos hacia ese inexorable futuro con Él.
En las vidas de cada uno de nosotros se presentan experiencias similares. Vamos a sufrir períodos de desesperación causados por situaciones reales y no podremos salir de ellos. En este caso, los discípulos habían hecho algo completamente inexcusable: Se durmieron en lugar de velar con Jesús. Pero nuestro Señor, tomando la iniciativa espiritual en contra de su desesperación, se les acercó y les dijo: "Levántense y hagan lo que sigue”. Si somos inspirados por Dios, ¿qué es lo siguiente? Confiar totalmente en Él y orar partiendo del fundamento de su redención.
Nunca permitas que el sentimiento de haber fracasado eche a perder tus acciones futuras.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

viernes, 17 de febrero de 2017

Modelar y entrenar - Nancy DeMoss Wolgemuth

Febrero 17. La iniciativa contra la depresión

"Levántate y come", 1 Reyes 19:5.
En este pasaje el ángel no le dio una visión a Elías, ni le explicó las Escrituras, ni realizó un acto extraordinario. Tan sólo le dijo que hiciera algo muy corriente: levantarse y comer. Si nunca nos sintiéramos deprimidos, no estaríamos vivos; solamente los objetos inanimados nunca se deprimen. Los seres humanos somos susceptibles a la depresión, pues de lo contrario, tampoco poseeríamos la capacidad para la felicidad y el júbilo. Hay circunstancias en la vida que están proyectadas para deprimirnos, entre ellas las que se encuentran asociadas con la muerte. Al examinarte a ti mismo siempre ten en cuenta la capacidad que tienes para deprimirte.
Cuando el Espíritu de Dios viene a nosotros, no nos da visiones gloriosas sino que nos ordena hacer las tareas más comunes que nos podamos imaginar. La depresión tiende a alejarnos de lo que es usual y corriente en la creación de Dios. Pero siempre que Él viene, su inspiración es que realicemos las cosas más sencillas, aquellas en las que nunca nos hubiéramos imaginado que Dios estuviera. Y cuando las hacemos, allí lo encontramos a Él. La inspiración que nos llega de esta manera es una iniciativa contra la depresión, pero tenemos que dar el primer paso y darlo bajo la inspiración divina. Si efectuamos algo por nuestra cuenta con el fin de vencer la depresión, entonces la vamos a agravar. Pero si el Espíritu de Dios nos guía de manera intuitiva a hacerlo y lo hacemos, la depresión desaparece. Tan pronto nosotros nos levantamos y obedecemos, entramos en un nivel de vida superior.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

jueves, 16 de febrero de 2017

¿Por qué son los niños una bendición? - Nancy DeMoss Wolgemuth

Febrero 16. La inspiración de la iniciativa espiritual

"...Levántate de los muertos..." Efesios 5:14.
No toda iniciativa - la disposición para dar el primer paso - es inspirada por Dios. Una persona te podría decir: "¡Anímate y sigue adelante! ¡Agarra por el cuello ese desgano y tíralo por la ventana!
¡Simplemente enfrenta las cosas!" Esa es la iniciativa humana. Pero cuando el Espíritu de Dios viene a nosotros y en verdad nos dice: “¡Anímate y sigue adelante!", de repente descubrimos que la iniciativa es inspirada.
Todos nosotros poseemos muchísimos sueños y aspiraciones cuando somos jóvenes, pero tarde o temprano nos damos cuenta de que no tenemos el poder para realizarlos. Debido a que no podemos llevar a cabo lo que anhelamos, somos propensos a considerar como muertos esos sueños y aspiraciones. Pero Dios se acerca y nos dice: "...Levántate de los muertos". Cuando Él envía su inspiración, nos llega con un poder tan milagroso que podemos levantarnos de los muertos y hacer lo imposible. Lo extraordinario de la iniciativa espiritual es que la vida y el poder vienen después de que nos “animamos y seguimos adelante". Dios no nos otorga una vida vencedora; nos da vida a medida que vencemos. Cuando viene la inspiración divina y Él nos dice: "...Levántate de los muertos", nosotros mismos debemos ponernos de pie; Dios no nos levantará. Nuestro Señor le dijo al hombre de la mano seca: "Extiende tu mano", Mateo 12:13. Su mano fue sanada tan pronto la extendió pero él tuvo que tomar la iniciativa. Si nosotros tomamos la iniciativa vamos a encontrar que tenemos la inspiración de Dios, porque Él nos da de inmediato el poder de la vida.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.

miércoles, 15 de febrero de 2017

EL CORAZÓN DE LA AMARGURA - COALICIÓN DE CONSEJERÍA BÍBLICA

Cuando me siento sola - Betsy Gómez

Consumado es - Pastor Miguel Núñez




Un compromiso a permanecer - Nancy DeMoss Wolgetmuth

Febrero 15. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

"Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo", Romanos 14:7, LBLA.
¿Alguna vez te has dado cuenta de que espiritualmente eres responsable ante Dios por otras personas? Por ejemplo, si en mi vida privada me desvío de Dios en cualquier forma, todos los que me rodean sufren. Y juntos, "...nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús...; ... si un miembro padece, todos los miembros se duelen con el...", Efesios 2:6, 1 Corintios 12:26. Si permites el egoísmo material y físico, la negligencia y la pereza mental, la insensibilidad moral o la debilidad espiritual, todos los que pertenezcan a tu círculo van a sufrir. Pero, te preguntas, "¿quién es capaz de vivir a la altura de un patrón tan exigente?" Nuestra capacidad proviene de Dios y sólo de Él (2 Corintios 3:5).
"...Me seréis testigos...", Hechos 1:8. ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a consumir hasta el último remanente de nuestras fuerzas físicas y emocionales, de nuestra energía mental, moral y espiritual en favor del Señor Jesucristo? Este es el sentido que Dios le da a la palabra "testigo", lo cual requiere tiempo. Por lo tanto, sé paciente contigo. ¿Para qué nos ha dejado Dios en la tierra? ¿Solamente para que seamos salvos y santificados? No, lo hizo para que trabajemos al servicio de ÉL ¿Estoy dispuesto a ser para Dios pan partido y vino derramado? ¿A no valer nada para esta vida o esta era, excepto por un único propósito y sólo uno: el de ser usado en el discipulado de hombres y mujeres para el Señor Jesucristo? Mi vida de servicio para Dios es la manera en que le digo "gracias" por su indescriptible y maravillosa salvación. Recuerda que es totalmente posible que a cualquiera de nosotros Dios nos eche fuera como a la escoria de la plata: "...No sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado", 1 Corintios 9:27.

Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.